martes, 14 de junio de 2011

ROMERÍA A LA ERMITA DE LA VIRGEN DE SAN DANIEL

Ayer, domingo de Pentecostés, los habitantes de Ibdes bajaron a la ermita de  la Virgen de san Daniel a celebrar con su Virgen el día del Espíritu Santo.
Hace muchos años, un buen grupo de godojeños, presididos por las autoridades y el cura del pueblo, íbamos en ROMERÍA a la ermita de la Virgen de San Daniel.
Algunos hacían el camino andando, la mayor parte íbamos montados en caballerías, que entonces había muchas en el pueblo. La senda seguida era el camino del Romeral. Llegados a Ibdes, esperábamos junto a un puentecillo que vadeaba el río Mesa. El cura se revestía con los ornamentos sagrados y los monaguillos también.
Poco después de llegar, aparecían lo vecinos de Ibdes, que bajaban en procesión, precedidos por la cruz parroquial y por su sacerdote.
El encuentro se realizaba chocando las dos cruces a modo de saludo.
Seguíamos en procesión hasta la ermita. Por el camino, que discurría junto al río, cantábamos canciones a la Virgen y rezábamos el santo rosario.
Al llegar a la ermita, los monaguillos de Godojos estábamos muy espabilados para atravesar la puerta con nuestra cruz en primer lugar. Era un privilegio que tenía la cruz de Godojos, escrito en viejos documentos y que por ningún concepto queríamos perder.
Se celebraba la santa misa  cantada por los hombres y mujeres de los dos pueblos. Dábamos gracias a la Virgen por nuestras cosechas, que ya estaban a punto de siega, y pedíamos que el tiempo fuese propicio, que lloviese cuando hiciera falta y que preservase a nuestros campos, que eran nuestra forma de vida, del pedrisco y de las plagas malignas.
Después de la misa, en la explanada de la ermita, almorzábamos tortilla de patata, ricas magras, costillas y longaniza que nuestras madres habían preparado meticulosamente en las alforjas. Por supuesto que las botas de vino corrían de mano en mano sin parar.
Volvíamos a casa felices, desandando el camino realizado de madrugada por la senda del Romeral.
Yo recuerdo con mucho cariño esa romería a la ermita de la Virgen de san Daniel.
Una anécdota. El cura de Godojos era Mosén Félix y el de Ibdes Mosén José María. Este último había comprado un balón de cuero para sus monaguillos, pero estos preferían jugar a la pelota mano en su frontón. En una de estas romerías le ofreció el balón  a nuestro cura. Por 10 duros, o sea, cincuenta pesetas, compró el balón Mosén Félix. A partir de entonces comenzó a formarse el equipo de fútbol de Godojos que tantas tardes de diversión nos proporcionó a chicos y mayores.


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