viernes, 2 de diciembre de 2011

ALMUERZOS DE NOVIEMBRE



Hoy hemos hecho el tercer almuerzo de noviembre. Realmente almorzamos bien, pero lo interesante es juntarnos amigos y familiares, con los que nos sentimos muy a gusto.

En los dos últimos almuerzos, costeados por el Borque y Roque, han aparecido Alfonso Cebolla, que no pudo asistir al primero por obligaciones de abuelo, y Alfonso. Alfonso nació en Godojos hace ya muchos años. Es sobrino del tío Peña, que se llamaba Pablo. Nos ha enseñado una fotografía de cuando tenía tres años, montado en un burro en la puerta de alguna humilde casa, de las que antaño había en Godojos. A mi me ha hecho retroceder en el tiempo. He vuelto a los años de mi infancia al ver esa foto en blanco y negro.

En el almuerzo hablamos de todo, en especial de temas relacionados con Godojos. Alguien comentaba que el tío Peña era especialista en hacer hoyos para plantar vides. Yo recuerdo al tío Peña y a su mujer, Josefa. Vivían en una sencilla casita en un callejón, más arriba de las Cuatro Esquinas. Él era pequeño, arrugado, pero valiente y trabajador como tantos del pueblo. Su sobrino Alfonso se parece a él. También es pequeño, pero sonríe con alegría y se le ve buena gente.

Sigue con nosotros en los almuerzos mi primo José Luis Nieto. Hoy, recuperado ya de su operación de hernia discal, disfrutaba de un permiso “Moscoso”. Mañana coge las vacaciones. Se lo pasa muy bien  con nosotros a pesar de ser más joven. Además juega al guiñote la mar de bien.

Paco, el marido de Dolores Cebolla, comenta lo feliz que les hace leer la página de “ECOPICAZO”. En ella van descubriendo poco a poco lo que era y lo que todavía conserva Godojos. De hecho guardan un recuerdo estupendo de su último viaje en el que disfrutaron de una estupenda barbacoa saboreada en familia.

 El próximo almuerzo, al que invita mi hermano Alfonso, se celebrará el día 13 de diciembre, fiesta de santa Lucía. SANTA LUCÍA es una fiesta para recordar.

Hace muchos años, yo no lo recuerdo pero he oído contarlo, un grupo de muchachas aprendían el oficio de modistillas en la casa donde ahora vive  Felisa con su hijo Jesús, en una esquina de la plaza junto a la iglesia. Como santa Lucía es abogada de la vista y por lo mismo patrona de las modistas, estas celebraban su fiesta con mucha alegría.

Yo recuerdo la fiesta de SANTA LUCÍA por la hoguera que los chicos hacíamos en el centro de la plaza la tarde del día trece. A partir de la una ya no había escuela. Comíamos a toda marcha y recorríamos el pueblo, de casa en casa, pidiendo leña para la hoguera. Se formaba una gran pila de leña compuesta de fajos de aliagas, espliego y gavillas de sarmientos. Al prenderle fuego, mientras las llamas subían oscilantes y la leña chisporroteaba y crepitaba con furia, nuestra alegría y alborozo eran inmensos. Cuando ya se formaba el rescoldo, cada uno recogía un buen grupo de brasas para asar sus patatas. ¡Qué buenas nos sabían! Recuerdo un año que nos fuimos a comerlas, con una poca sal, a la bodega del tío Cesáreo, que era tío del Borque. Nosotros le dábamos patatas y él nos daba vino. ¡Qué buenas nos sabían a nosotros las patatas y qué malo nos sabía el vino!, éramos todavía niños. A él, sin embargo, le sabía mejor el vino que las patatas.

Pienso que son fiestas y tradiciones que deberíamos revivir y celebrar, aunque nada más fuese comiéndonos en  buena amistad unas pataticas asadas y bebiéndonos unos traguillos de vino.

Un saludo para todos los que leen ECOPICAZO  y un feliz puente de la Constitución y de la Inmaculada.

CARLOS ALDA. ZARAGOZA 30 DE NOVIEMBRE


viernes, 11 de noviembre de 2011

EL PRIMER ALMUERZO



Hoy, día nueve de noviembre hemos celebrado el primer almuerzo del curso 2011-2012.

 ¡Qué bien hemos almorzado! Como introducción unas buenas rodajas de morcilla. Como decía Baltasar de Alcázar en su “Cena Jocosa”: “La morcilla, ¡Oh gran señora!, digna de veneración. Estaba sabrosísima. Yo diría que nos ha sabido a poco, si no fuera porque antes de terminar ya estaban allí dos platos de chorizo y longaniza fritos y jugosos, que nos pedían a gritos que no dejásemos ni uno solo.

Y sobre las marcha, sin terminar los entrantes, dos huevos fritos con bacón  o jamón, vuelta y vuelta y abundantes patatas fritas. ¿Hay algo mejor que dos huevos fritos a las diez y media de la maña? Sí, alguien me dio la respuesta. Mejor que dos huevos fritos son tres huevos fritos. Tenía razón.

Pero tanta comida sin saborear un buen vino, no merecería la pena. Por este motivo nos han sacado un vino estupendo, no diré tan bueno como el de Godojos, que forma parte del refranero, pero también nada despreciable.

Las viandas y el vino eran estupendos, pero la compañía no se podía superar. Empezaré nombrando al más veterano, mi tío José Alda, que ya tiene ochenta años y que cuántos más años cumple más apetito tiene. Faltaba el primo Alfonso Cebolla y el veterano Joaquín, godojeños de pro, ausente uno por motivos familiares y otro porque las piernas no le responden mucho. También estaba mi hermano Alfonso, poco comedor pero gran fumador. Ángel mi cuñado, que todavía no tiene buen color, ya que ha salido, recientemente, de una operación dolorosa. Roque, Marido de Marisa, que a pesar de sus largas caminatas, no ha conseguido eliminar la barriguilla que ha adquirido este verano por su tierra de Villa Blanca, provincia de Huelva. Carlos Galindo, natural de Alhama de Aragón, Marido de Elena y apegado a Godojos. Jesús Borque, amante de Godojos, de sus vinos, de sus tradiciones y de sus amigos. Mi primo José Luis, único trabajador del grupo, de baja por una hernia discal que le ha dado muchos dolores y no pocas satisfacciones en los últimos meses. Estaba un servidor, Carlos Alda, que soy quien realiza la crónica del evento.

Y me dejo para el fina a PACO. Paco es quien hoy nos invitaba. Paco es una persona estupenda. Un día tuvo la suerte de conocer a una godojeña guapa, de redondos ojos negros y de mirada profunda: DOLORES. Paco se incorporó a nuestro grupo y nosotros nos sentimos honrados y muy satisfechos con su presencia. Paco es una persona, afable, sencilla, culta, de fácil y agradable conversación que nos cae bien a todos, el nos quiere y se hace querer, estamos encantados con que nos acompañe en estos almuerzos.

Hemos terminado el almuerzo con nuestros cafés, carajillos, copas, chupitos y cigarros fuera del bar, porque hacía un tiempo estupendo. Después la hemos emprendido con el guiñote, que nos ha entretenido hasta las trece horas. Contentos y felices nos hemos despedido hasta el próximo almuerzo que será dentro de breves días.

ZARAGOZA, 9, 11, 11.

CARLOS ALDA    

jueves, 27 de octubre de 2011

FIESTAS CON GAITEROS



Ya hemos hablado de dos fiestas con gaiteros: san Lamberto y  san Lorenzo. Las otras dos fiestas con gaiteros se celebraban en el mes de septiembre, después de haber recogido las cosechas. Septiembre era en Godojos un mes tranquilo. En el campo había uva abundante, las higueras nos ofrecían sus higos, los almendros sus almendras, los nogales sus nueces y el trabajo era muy llevadero, roto solamente una semana por la siega y venta del espliego para hacer esencia de lavanda.



LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN.

Era la tercera fiesta con gaiteros. La fiesta duraba dos días, había una cofradía y los cofrades honraban a  su patrona con los ritos de siempre: Rosario de la Aurora, misa solemne cantada, y procesión con la imagen de María por las calles del pueblo. Por la mañana después del Rosario de la Aurora se disfrutaba de las consabidas copas de anís o aguardiente que se enjugaban con ricas rosquillas y mantecados.

 Después de misa, y acompañados por los gaiteros, los cofrades con sus varas se dirigían  a casa del Hermano Mayor de ese año para tomar el vermut. Los mejores vinos viejos y rancios se sacaban para la ocasión. Entonces, estos vinos especiales no faltaban en ninguna casa.

 Los gaiteros, que habían dado la vuelta al pueblo tocando la Diana Floreada, acompañaban con su música todos los movimientos de los cofrades. Además antes de comer amenizaban el primer baile de medio día, así como el baile de la tarde y de la noche.

En esta misma fecha, ocho de septiembre, se celebraba la Feria de Calatayud. Muchos godojeños viajaban  a la antigua ciudad de Bílbilis para comprar caballerías, aperos, congrio seco y resalado, una ristra de ajos y, si llegaba el dinero, para asistir a una corrida de toros. Recuerdo el año que toreó Chamaco que, la pandilla nuestra, con nuestros padres, estuvimos segando espliego para poder ir a verlo torear.



FIESTA DE LA SANTA CRUZ

Se celebraba el catorce de septiembre. Era una fiesta simpática, que de alguna manera preparaba para la vendimia. La cofradía de la Cruz era la mayor del pueblo. Prácticamente todos los adultos pertenecían a ella. Su obligación era asistir a los entierros de los cofrades difuntos y celebrar la fiesta el día de la santa Cruz. Después de la misa de difuntos y del entierro se pasaba lista. Los cofrades que no habían asistido tenían que pagar una pequeña sanción económica. Los chicos esperábamos que llegase la lista a la familia del tío Agustín Tomás. El apellido de sus hijos era Tomás, Tomás y encima uno de ellos se llamaba Tomás, con lo que el que leía la lista decía Tomás, Tomás, Tomás. Esto nos hacía mucha gracia y siempre nos echábamos a reír.

En Cariñena, desde hace algunos años, el día de la Cruz, la fuente, en vez de echar  agua echa vino. En Godojos, desde tiempos inmemoriales, el día de la Cruz, no manaba vino la fuente, hubiera sido demasiado, pero sí había vino gratis en la plaza para todo aquel que quisiera beber.

Los chicos comprábamos cacahuetes y sardinas arenques y nos acercábamos para que nos diesen un vasillo de vino.

Los mayores llenaban sus jarras, botas o porrones y disfrutaban del buen tiento en su merienda. Si hacía bueno se sacaban mesas y comida a la puerta en las casas de la plaza. Recuerdo como el tío Ramón, el abuelo de Miguel Ángel, sacaba la mesa plegable de doce patas y saboreaba una rica caracolada, aderezada con jamón, chorizo, tomate y picantes guindillas para que entrase mejor el vino. Con el porrón en la mano hacía la rana si alguno de los chicos se lo pedíamos.

Por supuesto que las funciones religiosas y el baile con gaiteros se celebraban como en las otras fiestas.

Dado el machismo de la época, solamente había cofrades, las chicas y señoras no formaban parte de las cofradías. No estaría mal que revitalizásemos alguna de estas cofradías y por supuesto que fuesen mixtas o incluso que las mujeres, que son más activas que los hombres, formasen su propia cofradía.

Alguien sugirió que  la fiesta de san Lorenzo podíamos celebrarla, puesto que estamos de vacaciones,  con una gran parrillada popular, en memoria del santo, que fue asado en las parrillas. Es una idea estupenda para tenerla en cuenta.

Si reviviéramos alguna de estas fiestas, el pueblo tendría más vida y seguro que los que estamos fuera volveríamos para participar en esos actos.

CARLOS ALDA

Zaragoza 26 de octubre de 2011  

jueves, 20 de octubre de 2011

VERANO EN GODOJOS

Pasar unos días del verano en Godojos es un privilegio. Este año he tenido la suerte de disfrutar de este privilegio. Llegué a Godojos la tarde del día doce de agosto. Una gran tormenta había descargado más de cincuenta litros  de agua por m2, según me comentaron los que la presenciaron. Las calles del pueblo bajaban como ríos. Los caminos del campo, convertidos en torrentes, se precipitaban impetuosos, llenos de agua roja, hacia el barranco. El barranco Baldaroque  rebosaba de agua, como yo lo recordaba de niño, cuando subíamos a Santa Ana, o bajábamos al puente, después de la tormenta, para contemplar la magnitud de la riada. En la confluencia del barranco de Carraibdes con Baldaroque  se formó un inmenso lago de agua achocolatada. Al pasar con el coche por el Chorrillo, se oía el estruendo que formaba la masa de agua y los guijarros que rodaban incansables, impulsados por la fuerza torrencial de la corriente.
Después de la tormenta, el cielo de Godojos quedó transparente. El aire olía a frescor, a ozono y a hierba mojada. Los árboles de la plaza movían agradecidos sus limpias y brillantes hojas.  La gente, que todavía permanecía en el pueblo, estaba contenta.
Ese mismo día al atardecer, en la bodega “LA CEPA”, con mi amigo BORQUE y en compañía de Salva, Tere, Conchita, mi esposa Maribel y quien escribe estas líneas, merendamos unos sabrosos caracoles y un riquísimo cabritillo, por supuesto regado con el recio y oloroso vino tinto que Jesús  guarda en su bodega.
Desde la bodega nos bajamos al estupendo bar del pueblo, no sin antes saludar al amigo Amalio y a Rosa, que tomaban la fresca en la puerta de su bodega. Allí saludamos a los bebedores y nocherniegos de la terraza del bar o de su acogedora barra.
Rápidamente emprendimos una partida de guiñote, para jugarnos los ricos cafés y licores que nos sirvieron con maestría y buen humor Esther y Pascual. La velada fue de lo más agradable. Cuando ya se hizo muy tarde subimos a descansar, no sin antes contemplar el maravilloso cielo estrellado que se divisa en lo alto del Picazo desde las Cuatro Esquinas.
 El día trece de agosto amaneció claro y transparente. El cielo tenía un color azul intenso. Tras saludar a los guardianes de la plaza, que toman la sombra debajo de las tupidas moreras, en compañía del Borque, emprendimos el viaje, andando hacia el enebro que se alza airoso en la Atalaya. El ENEBRO es más viejo que el árbol de Guernica. Lo han contemplado nuestros padres, nuestros abuelos, bisabuelos y nuestros tatarabuelos. Si quisiéramos hacer un escudo de Godojos debería aparecer el enebro junto al castillo, el eco y el cerro de “Santana” donde se ocultan las bodegas. La subida hasta la Atalaya es dura y costosa. Además el camino había quedado muy perjudicado con la tormenta del día anterior, pero tuve suerte, a la mitad de la cuesta apareció mi primo Máximo con su coche y me llevó hasta la cumbre, Borque terminó la penosa ascensión a pie. Allí nos repusimos con un sencillo almuerzo en el que había pan, vino, jamón, chorizo de caza mayor, sardinillas en aceite y jugoso queso de cabra.
El paisaje que se divisa desde el enebro es una maravilla. Al fondo aparece el pueblo coronado por la torre de su castillo. A los pies están las chorreras de Los Barrancos y el zigzagueante Baldaroque. La vista domina todo el término hasta la dehesa de Alhama. Muchos son los recuerdos que se agolpaban  entonces en mi mente. La inmensa extensión de viñedos que poblaban todos esos campos cuando yo era niño. La vida que  bullía en ellos. Hombres curtidos que trabajaban sus tierras ayudados por sus caballerías y acompañados de sus perros. Canciones que se oían por doquier. Sudores que se derramaban antes de recoger las cosechas…
Con Máximo recorrimos parte del campo para comprobar la magnitud de la tormenta del día anterior. Ya en el pueblo y acompañados por las mujeres y otros amigos del pueblo disfrutamos de un generoso vermut en la acogedora y fresca terraza de nuestro bar. 
De nuevo merienda en la bodega, tertulia en el bar y partida de guiñote. Saludamos a Pili y a Santiago que estaban acompañados de un matrimonio de Zaragoza, conocidos por ser vecinos en la playa de Miami y por ser la Directora del colegio Madre Vedruna de Zaragoza. También saludamos con alegría a nuestro amigo Miguel Ángel, a su madre Librada y a sus hermanas, cuñados y sobrinos. Me alegró mucho encontrarme con Jesús Martínez, amigo de la niñez, así como con su simpática pareja. En los días sucesivos saludamos a Olga y a su hermana, también a sus dos hijas y a sus respectivas parejas. Al salir de misa el día de la Virgen pudimos saludar al resto de las personas del pueblo, a las que me gustaría nombrar, pero que no lo hago porque resultaría demasiado prolijo.
Los días fueron pasando de forma agradable. El último día, día de san Roque, oigo doblar tristemente las campanas. Tocan a muerto. Me dicen que ha fallecido FERMÍN CEBOLLA LÓPEZ. Yo me recordaba perfectamente de Fermín. Lo recuerdo cuando era estudiante y también  cuando se hizo sacerdote. Fermín era una persona activa y despierta. El arzobispo Morcillo lo tuvo  a su lado como sacerdote periodista. Cuando a  Monseñor Morcillo lo hicieron arzobispo de Madrid, el sacerdote Fermín se trasladó con él a la Villa y Corte. Allí abandonó el sacerdocio y se dedicó de pleno a su profesión periodística. Fue Director de la agencia COLPISA. Hubo un tiempo en el que leí, en Heraldo de Aragón, muchos artículos cedidos por dicha agencia y firmados por él. Fermín fue un gran periodista y los de Godojos nos tenemos que sentir orgullosos de que un paisano y pariente nuestro triunfara en su profesión a nivel nacional. Desde aquí doy mi sentido pésame a su hermana Dolores, a José Antonio y a todos sus parientes más cercanos.
La tarde de san Roque abandoné Godojos, no sin pena, para volver a la playa. También en la playa se está muy bien, pero como en Godojos…
En septiembre, BORQUE  Y CONCHITA pasaron unos días de descanso en la playa con nosotros. Borque se puso el bañador, pero no conseguimos que se mojase ni siquiera hasta la rodilla. No pasó lo mismo con Conchita que se dio unos fabulosos baños.
Tengo entendido que el sábado, día uno de Octubre, personajes importantes de Godojos disfrutaron de una estupenda comida en el bar del pueblo. Allí se reunieron Joaquín Domingo, uno de los pocos patriarcas que quedan en Godojos. Amalio Millán, ilustre por sus muchas relaciones con la alta aristocracia del país. Jesús Monge, mayorista de Mercazaragoza y su hermano José.  Les acompañaron las dos Rosas, esposas de Amalio y de Jesús. Alguien me dijo, que además de comer opíparamente, pasaron unos momentos inolvidables recordando tiempos pasados.
Miami Playa. Día 5 de octubre de 2011.
Carlos ALDA
  

miércoles, 10 de agosto de 2011

FIESTA DE SAN LORENZO

La fiesta de san Lorenzo coincidía con el final de la trilla. Para el diez de agosto, pocas parvas quedaban  por trillar  y pocos montones de trigo por aventar.  La fiesta de san Lorenzo tenía su cofradía. El día del santo se le sacaba en procesión en una adornada peana, en la que, junto a sus parrillas, colgaban cuatro ricos rollos recubiertos de azúcar blanca.
San Lorenzo era de Huesca.  Y es también su santo patrón.  Labordeta cantaba:”Viva Huesca que es mi pueblo/ san Lorenzo mi patrón”.
San Lorenzo fue diácono del papa san Dámaso. El Prefecto romano le pidió que le diese los bienes de la Iglesia. El santo repartió todos los bienes  que tenía la iglesia entre los pobres. después  se los presentó al Prefecto romano diciéndole: “Estos son los bienes de la Iglesia”.
Lo condenaron a  morir asado en las parrillas. Cuenta la leyenda que a medio asar  se dirigió al tirano y le dijo: “ya estoy asado por una parte, ya puedes darme la vuelta y asarme por la otra”.
Para san Lorenzo venían los gaiteros de Ibdes.  Tocaban por las calles y en la plaza a la hora del baile. Como los mozos y las mozas ya no trabajaban tanto, los bailes resultaban animadísimos. ¡Lo que daba de sí una flauta y un sencillo tambor!
Terminadas las fiestas de san Lorenzo, los chicos y jóvenes pensábamos en la Virgen y san Roque, cuyas fiestas se celebraba en Alhama y en Calatayud. Al vecino pueblo de Alhama pasábamos los chicos andando por la cuesta a pasar una tarde. Echábamos de menos el agua fresca de nuestra fuente, pero disfrutábamos viendo a los gigante y cabezudos. Si teníamos la suerte de que nuestros padres nos bajaban a Calatayud a ver las vaquillas, a la vez que nos comíamos un buen bocadillo y nos refrescábamos con una buenas “raldas” de roja y jugosa sandia, eso ya era un auténtico lujo.
CARLOS  ALDA. DESDE MIAMI PLAYA. 10,O8,11

jueves, 28 de julio de 2011

ACACIA, NUESTRA CENTENARIA, HA MUERTO

Godojos ha amanecido hoy un poco más triste. Su cielo azul radiante brillaba menos que otros días. Si hubiésemos salido al campo habríamos observado que las hojas de sus viñedos estaban más mustias, más apagadas. Los pájaros volaban indecisos, y de sus gargantas no salían los alegres trinos y gorjeos de otras veces. Las chicharras habían enmudecido su monótona serenata canicular y las campanas seguro que habrán sonado plañideras y llenas de  tristeza. Hoy, día veintitrés de julio de  dos mil once se apagó el tenue soplo que mantenía con vida a nuestra querida centenaria Acacia.
Acacia se nos ha  ido sin hacer ruido, en silencio, sigilosamente como fue toda su vida. Por no molestar daba la sensación de que andaba de puntillas. Hace un mes que celebrábamos su centenario, hoy lloramos su muerte, aunque sin duda creemos que estará en un lugar mejor, donde todo es luz, donde ya no hay sufrimiento ni tristeza, donde todo es alegría y felicidad. Sin entonces le obsequiábamos con un gran ramo de flores, hoy deberíamos obsequiarla con un sencillo ramillete de nuestras más sencillas oraciones.
Con la pérdida de los seres queridos, todos notamos que se van arrancando girones de nuestras vidas, que se van abriendo huecos difíciles de llenar. Desde esta página de “Eco-Picazo” queremos mostrar nuestras condolencias a sus hijas, a sus yernos y a su nieta. Estamos con ellas y con ellos en el dolor por la pérdida de su madre o abuela. Guardaremos en nuestro  recuerdo los momentos dichosos vividos junto a ella, la conservaremos en nuestra memoria como era: sencilla, delicada, cariñosa y llena de humanidad.
Godojos es un poco más pobre, pero los que vivimos y queremos a nuestro pueblo nos sentimos orgullosos de haber conocido y compartido momentos de nuestra  vida con personas tan íntegras, tan buenas y generosas como ACACIA.
Desde MIAMI PLAYA.  CARLOS ALDA.     

GODOJOS Y SUS FIESTAS: FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se celebra casi siempre en el mes de junio. En este mes, en Godojos, se trabajaba mucho. Se ultimaban las tareas de rayar las viñas y se comenzaba la siega de la cebada, a la que seguía de inmediato la siega del trigo, del centeno y de la avena. La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús suponía un oasis en medio de tanta faena.
Se empezó a celebrar en Godojos en la década de los cuarenta. Después del episodio del Cerro de los Ángeles, la devoción al Corazón de Jesús se extendió por toda España. En gran número de lugares estratégicos se colocó su imagen visible desde amplios espacios. Godojos le dedicó su plaza mayor, compró una imagen hermosa, que se expone en la iglesia, y estableció una fiesta en su honor. Se contrataba una banda de música para que animase la misa solemne y la procesión por todas las calles del pueblo. Recuerdo que en la procesión tocaba bellas  melodías religiosas y que la gente del pueblo cantaba entre otras canciones las de “Ven  Corazón Sagrado”  y la de “Corazón Santo, Tú reinarás…”
Además de su actuación en las funciones religiosas, la banda de música, acompañada de chicos y chicas, recorría las calles del pueblo tocando alegres pasacalles y amenizaba los bailes de la tarde y noche de la víspera, así como los bailes del vermut del día de la fiesta y también los de la tarde y noche. Los mozos y mozas, a pesar de estar cansados por los duros trabajos que se realizaban en el campo, no se perdían una pieza y bailaban con alegría y sin tomarse un solo descanso.
Yo era muy pequeño, pero recuerdo especialmente una fiesta del Corazón de Jesús. Mi abuelo “Royo”, padre de mi madre, murió la víspera y el entierro se celebró el día de la fiesta. Participó la banda de música tocando marchas fúnebres hasta llegar al cementerio. También recuerdo otro entierro que se celebró con música. Fue el del tío Faustino, “El tío Sordo”, abuelo de Ramiro y de Faustino, pero esto ocurrió para las fiestas de san Gregorio.
La fiesta que se celebra hoy día, en el mes de agosto, no tiene nada que ver con aquella que yo recuerdo cuando era niño. Sin embargo es una fiesta estupenda, muy participativa, porque han sabido ponerla en una fecha en que Godojos puede presumir de población.  Me viene a la memoria el entusiasmo que el querido y recordado Paulino ponía en ella. Los objetos que traía para las rifas y la generosidad con que invitaba a todos en su bodega. También es de admirar el esfuerzo que muchos y muchas ponen vendiendo lotería para que la fiesta resulte rica y no tan costosa para las arcas del Ayuntamiento, que sé, que con su alcalde a la cabeza,  se vuelca en ofrecer lo mejor.
Después de esta fiesta ya no se celebraba otra hasta el diez de agosto, fiesta de san Lorenzo, que coincidía con el final de la trilla. Pero de ella hablaremos otro día.

EL ENVERO

Godojos era un pueblo que su economía dependía de la viña en casi su totalidad. Por este motivo no es de extrañar que muchos de sus habitantes, preocupados por sus cosechas visitasen asiduamente sus viñedos.
Dice un refrán: “Por Santiago y santa Ana pintan las uva, en la Virgen de Agosto, ya están maduras”. Yo recuerdo, efectivamente, haber visto a hombres del pueblo, que el día de Santiago, que entonces era fiesta de guardar, habían salido al campo por hacer algo antes de misa, regresar con algún racimo de uva, verde toda vía, pero en el que ya aparecían una docena de granos maduros.
El envero era una buena noticia, significaba que pronto podríamos salir a las viñas más próximas al pueblo y coger uvas. Si había uvas estaban solucionadas varias comidas al día y por supuesto el postre. Un racimo de uvas con un buen trozo de pan era un buen almuerzo o una buena merienda. Unas migas en las que se desgranaban abundantes granos de uvas estaban más ricas y sabrosas. Hasta los galgos, delgados y famélicos, se acercaban a las cepas y comían abundantes uvas para matar el hambre.   
Bendita uva, bendito envero que tantos problemas alimenticios solucionaste en Godojos en tiempos difíciles de racionamiento y escasez. Una vez que maduraban la uvas, ya sabíamos buscar aquellas más sabrosas o más vistosas: las dulces de moscatel, las frescas y jugosas de robal, las apretujadas, pero sabrosas de garnacha o las más vistosas de “sangreliebre”, colgadero o “cojón de gato”.
Solamente son recuerdos de aquellos tiempos duros, pero entrañables de la vida en nuestro querido pueblo  Godojos.
Desde MIAMI PLAYA. CARLOS ALDA 

miércoles, 22 de junio de 2011

ACACIA CUMPLE CIEN AÑOS


ACACIA nació en Godojos, el día 22 de junio de 1911, por lo tanto dentro de unos días, si Dios quiere, cumplirá CIEN años.
Acacia es la madre de Inmaculada, de Pili, de Elena y de María. Tiene una nieta que se llama Elena como su madre y dos yernos, Carlos, marido de Elena  y Domingo, pareja de María.
Acacia era una mujer alta y elegante. Yo recuerdo que era una mujer dulce, como la flor del árbol que lleva su nombre, sensible, religiosa  y delicada. Siempre hablaba en voz  baja y pausada, transmitía paz. Se casó con Domingo, un hombre alto y bien plantado, muy jaque él y muy buena persona.
En Godojos siempre vivió en  “la CASA ALTA”, dominando el pueblo y frente al castillo. Esa casa tenía un gran corral y de niños subíamos a jugar con su hija Inma (Adita) y con el primo José Mari. Allí estaba la abuela Concha, madre de Acacia y de José Luis Nieto, casado con mi tía Prudencia y padre de los Nietos de Godojos.
La abuela Concha nos contaba cuentos y nos cantaba romances de tristes cadencias. El romance de “Delgadina” era nuestro preferido.
Creo que Acacia memorizó todos esos romances y con voz dulce se los ha cantado, primero a sus hijas y después a su nieta Elena. Aún canta ahora, aunque solo tiene un hilito de voz y su memoria viaja por los tiempos pasados llenos de princesas, castillos y lugares encantados. Acacia nos canta canciones ingenuas, confusa la historia y clara la pena.
Bien se merece Acacia nuestro recuerdo, nuestra felicitación, una piadosa oración y  nuestro cariño. El pueblo de Godojos debe obsequiarla con un gran ramo de flores, que vuelva a llenar su vida de colores a legres y de perfumes naturales.
Es la segunda mujer de Godojos  que alcanza los cien años. La precedió Emilia Cubero no hace mucho tiempo.
MUCHAS FELICIDADES, ACACIA, Y UN BESO FUERTE  Y CARIÑOSO DE QUIEN ESCRIBE ESTAS PALABRAS.

  CARLOS ALDA



SAN LAMBERTO


SAN LAMBERTO fue un mártir zaragozano. Cuentan la crónicas, que san Lamberto era labrador. Su dueño, al enterarse que era cristiano, le cortó la cabeza con la reja de arado. El santo mártir, tomó la cabeza en sus manos y caminó hasta el refugio que los cristianos tenían en Santa Engracia. Allí cayó al suelo y allí fue enterrado junto con otros muchos mártires. Esto ocurría en el siglo tercero, en la persecución que  el  emperador Diocleciano hizo a la Iglesia.
En Godojos se conserva una pequeña estatua de medio cuerpo del santo. Hace tiempo tenía su cofradía. Su fiesta se celebra el día 19 de junio. Era la primera fiesta en la que venían los gaiteros de Ibdes.
Los cofrades de san Lamberto eran especialmente alegres y bulliciosos. Celebraban su misa con devoción y sacaban al santo con su peana en procesión por todo el pueblo. La procesión iba precedida por el pendón del santo. Recuerdo, siendo niño, que un señor que se llamaba Cipriano, que era el padre de Luis, aireaba, movía y hasta bailaba el pendón con gran maestría. 
El baile del vermut y, sobre todo el baile de la tarde y de la noche estaba muy animado.
En Godojos, salvo en estas pequeñas fiestas, había pocas ocasiones de bailar.
San Lamberto era un santo privilegiado, pues alguien le dejó en herencia una finca. Estaba por Las Fuentes, y se llamaba el pendón de san Lamberto. El padre de Paulino y de Félix, Javielico, lo cultivó varios años. Con lo que producía y la cuota de los cofrades, estos celebraban una estupenda merienda en la bodega.
Creo que el último año que se celebró la fiesta de san Lamberto, con gaiteros, fue en 1970. Yo estaba de maestro en Ibdes. Alfredo, el gran Alfredo, pasó con su yegua a buscar al tío Nevado, el único gaitero que quedaba en el pueblo. Me ofrecí a pasarlo en el coche a él, a la flauta y al tambor. Como el tío Nevado no tenía ya tamborilero, Alfredo se lo ciñó a la cintura y le acompañó tocando por las calles del pueblo. Al atardecer, preparó un sabrosísimo cabrito que nos comimos en la bodega.
Como en aquellos años se trabajaba tanto y tan duro, los jóvenes, mozos y mozas, tenían muchas ganas de fiesta y las aprovechaban al máximo. Recuerdo a mi primo Joselillo, que festejaba entonces con María, que cantaba al día siguiente de la fiesta imitando a los sanfermineros: “Pobre, de mí, pobre de mí, ya se ha acabado la fiesta de san Lambertín.

CARLOS ALDA 

martes, 14 de junio de 2011

GODOJOS EN PRIMAVERA

Escribía  Juan Ramón Jiménez:
“La primavera ha venido,
nadie sabe cómo ha sido”.
Recuerdo con cariño las primaveras de Godojos. Las mañanas eran claras y frescas. El cielo se vestía de un azul intenso. Las golondrinas y los vencejos planeaban incansables por las calles y plazas. Los gorriones se mezclaban con las gallinas y picoteaban buscando comida o material para hacer sus nidos.
En primavera el campo empezaba a brotar con fuerza. A las viñas se les veía crecer día a día.
Recuerdo que mi abuelo nos traía ALMENDRUCOS, que los comíamos untados en sal. Su sabor ligeramente ácido era muy agradable. También traía ACEDERAS. Las acederas eran unas plantas que tenían unas hojas carnosas y jugosas también con un sabor ligeramente ácido.
A veces, en el morral o las alforjas metía un manojo de CARDILLOS, que bien limpios y cocinados convenientemente, alegraban el cocido de garbanzos que comíamos a diario.
Godojos siempre fue un pueblo que vivió por y para la vid. Llegado este tiempo, íbamos chicos y mujeres a rayar. (En otros pueblos dicen esrijar). Había quien decía, que el trabajo de rayar se debía al tío Jacobo, no sé por qué las mujeres le echaban a él la culpa de esto.
Cuando rayábamos, además de quitar brotes de los pámpanos, también les quitábamos las puntas. Estas puntas, limpias y mojadas en sal eran un rico alimento. Más de uno, después de las comidas, a manera de postre, se comía un buen manojo de puntas de pámpanos.
Otro alimento curioso y también sabroso era los AGRACES. Cuando los racimos de uva empezaban a engordar, se cortaban algunos, se colocaban en un recipiente con agua, sal y tomillo y al cabo de dos o tres días se podían comer. Su sabor era especial, difícil de describir y catalogar. Si comías muchos agraces en adobo te rechinaban los dientes y con toda seguridad  que las tripas también andaban algo sueltas.
¿Se han perdido todas estas costumbres? ¿Se van a perder todos estos sabores? No lo sé. Tal vez ahora no los soportaría, me parecerían muy fuertes, pero yo guardo de ellos, de cuando era chico, el mejor recuerdo.
CARLOS ALDA

ROMERÍA A LA ERMITA DE LA VIRGEN DE SAN DANIEL

Ayer, domingo de Pentecostés, los habitantes de Ibdes bajaron a la ermita de  la Virgen de san Daniel a celebrar con su Virgen el día del Espíritu Santo.
Hace muchos años, un buen grupo de godojeños, presididos por las autoridades y el cura del pueblo, íbamos en ROMERÍA a la ermita de la Virgen de San Daniel.
Algunos hacían el camino andando, la mayor parte íbamos montados en caballerías, que entonces había muchas en el pueblo. La senda seguida era el camino del Romeral. Llegados a Ibdes, esperábamos junto a un puentecillo que vadeaba el río Mesa. El cura se revestía con los ornamentos sagrados y los monaguillos también.
Poco después de llegar, aparecían lo vecinos de Ibdes, que bajaban en procesión, precedidos por la cruz parroquial y por su sacerdote.
El encuentro se realizaba chocando las dos cruces a modo de saludo.
Seguíamos en procesión hasta la ermita. Por el camino, que discurría junto al río, cantábamos canciones a la Virgen y rezábamos el santo rosario.
Al llegar a la ermita, los monaguillos de Godojos estábamos muy espabilados para atravesar la puerta con nuestra cruz en primer lugar. Era un privilegio que tenía la cruz de Godojos, escrito en viejos documentos y que por ningún concepto queríamos perder.
Se celebraba la santa misa  cantada por los hombres y mujeres de los dos pueblos. Dábamos gracias a la Virgen por nuestras cosechas, que ya estaban a punto de siega, y pedíamos que el tiempo fuese propicio, que lloviese cuando hiciera falta y que preservase a nuestros campos, que eran nuestra forma de vida, del pedrisco y de las plagas malignas.
Después de la misa, en la explanada de la ermita, almorzábamos tortilla de patata, ricas magras, costillas y longaniza que nuestras madres habían preparado meticulosamente en las alforjas. Por supuesto que las botas de vino corrían de mano en mano sin parar.
Volvíamos a casa felices, desandando el camino realizado de madrugada por la senda del Romeral.
Yo recuerdo con mucho cariño esa romería a la ermita de la Virgen de san Daniel.
Una anécdota. El cura de Godojos era Mosén Félix y el de Ibdes Mosén José María. Este último había comprado un balón de cuero para sus monaguillos, pero estos preferían jugar a la pelota mano en su frontón. En una de estas romerías le ofreció el balón  a nuestro cura. Por 10 duros, o sea, cincuenta pesetas, compró el balón Mosén Félix. A partir de entonces comenzó a formarse el equipo de fútbol de Godojos que tantas tardes de diversión nos proporcionó a chicos y mayores.


lunes, 30 de mayo de 2011

BODA


El día 28 de mayo, se casó en la parroquia de Montecanal, Isabel Ramos Alda  con su novio Alberto. Isabel es hija de Carmen Alda, conocida en Godojos como Carmencita. Carmencita nació en Godojos. Es hija de Ildefonso Alda, el hombre que más veces ha cantado las misas y el miserere en la iglesia de Godojos, y de Pilar Gálvez, conocida como “ la Roya”.
Isabel es enfermera, sacó sus oposiciones y atiende a los enfermos en el hospital Royo Villanova, antiguo Cascajo. Su novio es policía municipal y un gran deportista.
La ceremonia de la boda fue entrañable. La novia entró en la iglesia del brazo de su padre y padrino, Ángel Ramos. El novio la estaba esperando al pie del altar acompañado de su madre y madrina.
Un cuarteto acompañó la ceremonia interpretando melodiosas y sentidas piezas musicales. El sacerdote oficiante les habló a los novios de la grandeza del amor, de sus efectos maravillosos y la alegría de compartir este día tan especial con sus familiares, con sus amigos y con Dios, que es quien depositó en nosotros la chispa del amor.
Al final de la eucaristía, Miriam Alda, prima hermana de la novia, leyó un pequeño discurso, muy poético y lleno de cariño y de recuerdos entrañables vividos juntas desde niñas.
Continuamos la fiesta en el hotel Meliá Corona, donde saboreamos un riquísimo banquete regado con selectos y generosos caldos. Muchos invitados había. Familiares, amigos de los novios y amigos de sus padres. Destacaré los godojeños que participamos en él. Tíos de la novia: Rosa Alda  y Jesús Monge,  Alfonso Alda, Carlos Alda y Maribel, Mari Carmen Alda, madre de la novia, Marisa y Roque, Conchita y Jesús Borque, Lupi y Antonio.
Terminado el banquete se abrió el baile con el consabido Vals. La gente joven y los que nos sentimos jóvenes, bailamos hasta bien entrada la madrugada y aplacamos el calor y el sofoco producido por el ejercicio con variados y riquísimos refrescos o mezclas con hielo y diversos destilados.
Los novios se despidieron de todos, porque sin pérdida de tiempo iniciaban un largo viaje de “Luna de Miel” por gran parte de Estados Unidos.
Desde aquí deseamos larga vida y felicidad sin cuento a los recién casados y a los hijos que Dios les de.
¡FELICIDADES!

domingo, 15 de mayo de 2011

SAN GREGORIO

SAN GREGORIO

Ya pasaron las fiestas de san Gregorio. Me han comentado que este año, debido tal vez  a la proximidad de la Semana Santa, al puente del primero de mayo  y al mal tiempo, la asistencia de público ha sido reducida. No importa. Ya saldaremos las cuentas en la fiesta del Corazón de Jesús.
San Gregorio fue obispo del Ostia. Ostia es la ciudad italiana donde se encuentra el puerto de Roma.
Parece ser, que trajeron las reliquias del santo a la Rioja, porque había fuertes plagas de filoxera, mildiu y oidium  que atacaban a los viñedos. Después de oraciones, procesiones y rogativas, el santo les libró de las plagas. A Godojos, tierra de vino, alguien  trajo también una reliquia del santo. Por eso, desde la ermita de santa Ana, se bendicen los campos: al Norte, al Sur, al Este y al Oeste, presididos por la imagen del santo y de su reliquia.
Recuerdo de chico como todos los niños y niñas íbamos detrás de la banda de música, cuando la víspera ya iniciaba el recorrido del pueblo tacando los pasacalles. Recuerdo también la cantidad e huéspedes que venían, los bailes en la plaza y el riego de la misma para que no se levantase polvo. Recuerdo también la misa solemne celebrada por tres curas y el sermón pronunciado por algún predicador famoso. Recuerdo también a las autoridades presidiendo la ceremonia. Todo eso ya es historia.
Un grupo de godojeños  celebramos la fiesta en la playa. Disfrutamos de una suculenta paella y brindamos, con vino de Godojos, por todos los que presentes o ausentes se recordaban y añoraban la fiesta de nuestro  pueblo.
CARLOS ALDA








domingo, 1 de mayo de 2011

SAN PEDRO ARBUÉS

RECUERDOS SUELTOS DE LA VIDA EN GODOJOS

SAN PEDRO DE ARBUÉS

San Pedro de Arbués es un santo aragonés. Fue canónigo en la catedral de La Seo de Zaragoza y murió mártir. Su fiesta creo que se celebra el día 28 de abril.
En  Godojos, ese día, nos presentábamos los chicos con una rama enorme de Chopo, para que después, o durante la misa el sacerdote la bendijera. Las ramas nos las cortaban nuestros padres o nosotros mismos las cortábamos en la chopera que la Sra. Gaudiosa tenía en la Loma. Rivalizábamos para ver quién llevaba la mayor rama. Una vez bendecida, cogíamos una azadilla, nos acercábamos a una finca no muy lejana, hacíamos un gran hoyo en la tierra y plantábamos allí la rama bendecida.
Como la economía de Godojos era esencialmente agrícola, todo lo que contribuyera a propiciar buenas cosechas era mimado por chicos y mayores.
La excursión al campo, el día de san Pedro de Arbués, nos servía para otear y localizar los posibles nidos de picarazas, que después visitaríamos asiduamente para recoger sus huevos y llevar los al secretario. Nos los pagaban a 30 céntimos de peseta, no estaba mal para aquellos tiempos, en los que el jornal medio de un trabajador no llegaba a 25 pesetas.

CARLOS ALDA

EL MAYO



El día primero de mayo, los mozos nos sorprendían con un gran MAYO plantado en la plaza del pueblo. Los chicos nos acercábamos a contemplarlo extasiados. El MAYO estaba formado por dos árboles unidos uno sobre el otro. En otros pueblos se ponía en la terminación una cucaña, en Godojos, no recuerdo que se pusiera nada, salvo un penacho de ramas verdes.
El MAYO permanecía en la plaza todo el mes. Los chicos jugábamos dando vueltas a su alrededor. Nos gustaba.
Las mañanas del mes de mayo en Godojos eran claras, el cielo lucía un azul precioso y el sol brillaba con fuerza. Muchos gorriones hacían sus nidos en los tejados y en los agujeros de las paredes hechas de tapial. Las golondrinas y los vencejos planeaban sobre nuestras cabezas en calles y plazas. En las zarzas del Chorrillo, de la Fuente de Santa Ana y de Todos Los Santos cantaban las cardelinas  y los jilgueros. Se oía el zureo de las palomas y el monótono “bu-bu” de las abubillas o el “cu - cu” incesante del cuco.
Recitando estos versos de Lope de Vega, en mi época de estudiante, siempre me recordaba del mes de mayo de mi pueblo.
“EN LAS MAÑANITAS
DEL MES DE MAYO
CANTAN LOS RUISEÑORES
RETIUMBA EL CAMPO.

EN LAS MAÑANITAS,
COMO SON FRESCAS,
CANTAN LOS RUISEÑORES
EN LA ALAMEDA.

Carlos Alda


viernes, 15 de abril de 2011

GODOJOS Y SU MISERERE DEL JUEVES SANTO

GODOJOS Y SU MISERERE
DE JUEVES SANTO
   En la iglesia huele a cera y devoción.  Un magnifico y antiquísimo <<monumento>>,de cuatro arcos en disminución, similar a las archivoltas de la portada de una catedral ,cobija el Santisimo. Todo el esta lleno de signos alusivos a la pasión: látigos y clavos, soldados y centuriones ,columnas y cruces, sol y luna tintos en sangre, además del gallo de las negaciones y un cuadro del<<Ecce Homo>>,entre Barrabas y  Pilato, que corona el mayor de los arcos a modo de espina.
  La devoción de los fieles ha  llenado de flores, velas, luces y tiestos, con plantas amarillentas, germinadas en la oscuridad, el espacio que queda bajo las arcadas.
     Un par de soldados romanos, coronados de penachos de flores y armados de pica y espada junto con dos personas devotas, velan el Santisimo.
     La tarde ya pardea; la oscuridad empieza a borrar las manchas de luz que entran por las ventanas .Es la hora.
      Dos monaguillos salen de la iglesia con un gran mazo de dos lenguetas, que martillean por todas las calles llamando a los fieles a la procesión. En el recorridos se les suman un grupo de chavales con mas mazos y carracas son los mismos que han  atronado en la iglesia cuando al final de los maitines han dado muerte a los judíos.
      Las campanas están mudas, esperan la resurrección del dia de Gloria. Pero hay un campanilla manual que suena una sola vez al año, esta tarde con tono lúgubre y postrimero. La maneja un señor, hijo, nieto y… de los que la manejaron durante años inmemoriales. Colocado en los punta mas estratégicos del pueblo, entre  son y son con voz profunda, enigmática, de misterio, repite las mismas palabras que repitieran sus antepasados:
<<Mira que te mira Dios
        Mira que te esta mirando
Mira que vas a morir
      Mira que no sabes cuando
La gente escucha con respeto, con miedo. Sin querer se piensa en la eternidad, en la otra vida. Ese hombre y quienes les rodean están envueltos en un ambiente de misterio.
     En la iglesia, ante el monumento, están a punto   de entonar el <<Miserere>> que versículo a versículo, se ira desgranando a lo largo de la procesión. El sacerdote y su acompañante(durante muchos años Ildefonso Alda) inician sus profundos sones. Suena recio, como la voz de un bajo. Suave y suplicante , alavez, como la garganta de un violonchelo. Sobrecojedor, aquejado y atormentado como un coro de esclavos.
     Duele el alma el arrepentimiento
     >>Miserere mei Deus…>>
      La gente no pestañea, contiene el aliento, saborea la emoción. Morosamente disfrutade un dialogo musical con su Dios-Salvador.
      El versículo <<Tibi soli pecavi- contra Ti solo peque-, tres veces repetido. con insistencia arrepentida, casi masoquista, ocupa el tiempo álgido de este extasis .El Nazareno, vestido de túnica morada, abraza y carga con la negra y pesada cruz que  yace bajo la cúpula ,apoyada sobre almohada fina.
    La procesión se mueve lenta, silenciosa, protegida por la oscuridad y alumbrada por los vacilantes y lánguidos destellos de velas y faroles. Tal vez en la oscuridad solo brilla la fe, si duda que las únicas chispas que saltan son las del arrepentimiento.
     La gento no entiende los latines, no importa, el dialogo es musical. Uno a uno, como cañonazos de dolor, quedan los versículos de miserere por todas las calles del pueblo. El viento los lleva de puerta en puerta, de ventana en ventana. Dobla dolorido,con ellos las mas difíciles esquinas .El pueblo no reza con las palabras que no entiende, sino con la música que siente.
     Valen para sus habitantes aquellos verso que Antonio Machado decía refiriéndose a los pequeños:
<<Cantaban los niños
                                                            Canciones ingenuas
                                                             Confusa la historia.
                                                              Y clara la pena
    La oración de arrepentimiento
Que el Rey Pecador, de corazón grande, parecido al de Dios, escribiera hace tres milenios, ha  llenado de paz la casa, la mente y el corazón de un pueblo que reza
cantando.
                                                                                                               CARLOS ALDA

GODOJOS Y EL RELOJ DE LA PASION

     Las manifestaciones artísticas, plásticas, musicales o poéticas, en la Semana Santa, son enormemente ricas y en cada pueblo se presentan con peculiaridades determinadas.
   En Godojos, aparte de la procesión del Jueves Santo, con el canto del miserere, tiene hondas raíces y aprecio unánime, la recitación de las horas de reloj.
   En veintisiete estrofas de cuatro versos, de arte menor, se relata paso a paso la Pasión del Señor .Empieza a las siete con la Cena del jueves y termina a las seis con el Entierro del viernes. Se completa con una estrofa de introducción y dos finales, una dedicada a  la soledad de María y la última a la despedida o conclusión, llena de buenos propósitos.
   Su estilo es sencillo, claro, didáctico, catequético, lleno de imágenes reales y vivas.
Junto a ripios y rellenos pobres, tiene otros versos llenos de inspiración y belleza, con imágenes de fuerza inusitada.
   Emplea muchas veces el paralelismo de los salmos bíblicos, con cadencias fáciles y musicales.
   Lo cantan  los solistas con una música melodiosa, triste y pegadiza. Y repite el pueblo, haciendo de coro, los dos últimos versos, que sirven  invariablemente como estribillo.
   La tonadilla se presta para hacer dúos, sextas y octavas,  con lo que la riqueza, que nace del sentido musical y  buen oído del pueblo, resulta armoniosa y agradable.
     Tu pasión, Jesús mío,
    comenzar quiero,
    porque alumbren  tus pasos,
    mis desaciertos.
   A las siete, la Cena,
los pies lavaste.
Limpie tanta impureza
tu hermosa sangre.
    Son bonitos los  dos últimos versos de cada estrofa.  El pueblo vibra con ellos,  vive la Pasión,  y desde el primer momento la aplica  a su vida como  verdadera purificación o catarsis.
    A las nueve, el mandato,
    Qué e arroja llamas.
    ¡Oh|, que dulce dispones,  
    Que tierno mandas,

    Qué forma más bella de recordar el mandamiento del amor.
    De Pilatos a  Herodes vas a las siete.
    A vestirse de loco
    Quien me enloquece.
La figura final es digna de Santa Teresa. Recuerda sus paradojas de<<Vivo sin vivir en mí…>>
    A  las once te cargan con el madero,
    Y caíste tres veces por mis tropiezos.
  Abundan las alusiones al pecado y a su redención, así como a los sufrimientos de Cristo por esa causa.
    A las cuatro, una lanza tu pecho hiere;
    de  esta fuente, alma mía,
    vive el que bebe.
  Hermosa la imagen del costado de Cristo como fuente.
Muy  poético el juego de palabras <<vive el que bebe>>.
    De la cruz a las cinco te desclavaron.
    ¡Oh!  Difunta hermosura, ven a mis brazos.
    A las seis te sepultan.
¡Oh, Madre tierna!
tan  llena de aflicciones,
sola te quedas.
Sola, triste has quedado,
¡reina del  cielo!
Llore sangre la Luna
que  el  Sol se ha puesto.
La imagen ya no puede ser mas gráfica, bíblica, real y alusiva a la muerte de Cristo como verdadero  sol del mundo.
      Pasión  se concluye;
    Solo nos falta
    que a los golpes y avisos
    despierte el alma.
Despertar, renacer,abrir  las puertas. Está la idea dentro de la temática de toda poesía religiosa clásica,sobre todo los sonetos de Lope:
    Pastor que con tus silbos amorosos,
    ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
Mientras se canta  la Pasión, el pueblo adora  la Cruz y revive lo que siempre ha oído de los sufrimientos  de Cristo. Son imágenes  que entran por los oídos, lo mismo que en los pasos andaluces o castellanos les entran por los ojos.
  Tal vez nuestro pueblo, formado por hombres y mujeres más intimistas, menos plásticos ,mas difluentes, necesite estas imágenes auditivas, más profundas que las visuales.
  Podemos afirmar que nosotros estamos más cerca  de la imaginación auditiva  de Milton,  en su <<Paraíso perdido>>.
  Los andaluces se identificarían más  con la imaginación visual de Dante en <<La Divina comedia>>.
   CARLOS ALDA GÁLVEZ