martes, 11 de julio de 2017

ADIÓS A MARIA SABROSO

Hoy he recibido la noticia del fallecimiento de María. María ha muerto a los 95 años en  Barcelona, bien cuidada y atendida por sus hijos. Yo, que tengo muy claros los recuerdos de mi infancia, voy a desgranar algunos relacionados con esta querida familia de Godojos.
María y su marido Javier vivían en las “Cuatro Esquinas”, en una casita a la que se accedía subiendo cuatro escalerillas. En esa misma casa vivían también sus padres: el tío Blas y la tía Brígida y por supuesto sus hijos Paulino, Carlos y Félix, las hijas no habían nacido todavía, cuando yo estaba en el pueblo.
María era una mujer discreta y trabajadora. Javier trabajaba todas las horas del día para alimentar y vestir a su familia. Su padre, el tío Blas, era esquilador de caballerías, lo hacía muy bien y le ayudaba su yerno Javier. Recuerdo que Javier era cofrade de san Lamberto y que cultivaba la finca del santo, que estaba por los Barrancos.
En el pueblo se pasaron años muy difíciles. Paulino, el hijo mayor, a quien tuve la suerte de tener por amigo, emigró a Barcelona y fue acogido en la casa de su tía Joaquina. Tenía 16 años. Venía curtido del pueblo y con ganas de comerse el mundo. Se colocó en un “Colmado” y me contaba, en uno de nuestros encuentros, que su primer trabajo fue barrer la calle del colmado. Me dijo: “En confianza, Carlos, si veo aparecer a uno del pueblo por allí, tiro la escoba, recojo mi maleta de cartón y me vuelvo andando a Godojos”.  Menos mal que no ocurrió eso. Poco a poco Paulino aprendió a llevar el negocio y con su espíritu emprendedor montó el primer colmado propio, llamó a sus hermanos y montó un segundo, después una vez situado en Barcelona se trajo a toda su familia y montó más de veinte supermercados.
Ya tenemos a María y a Javier en la gran ciudad. A partir de entonces desaparecieron las penurias y estrecheces vividas en el pueblo. María pudo ver casados a sus hijos y a una de sus hijas. Convivió y disfrutó de sus nietos. Viajó al pueblo en numerosas ocasiones y fue feliz, muy feliz. Pero nada es completo en esta vida. Su emprendedor hijo Paulino falleció muy joven víctima de un accidente de tráfico. A partir de entonces ya nada fue igual. También su marido Javier lo pasó muy mal y sufrió operaciones muy dolorosas y difíciles. Sin embargo y gracias a los cuidados de sus hijos tuvo una ancianidad tranquila y muy longeva. Hace tres días que falleció agotada por los muchos años. Descanse en paz y mi deseo es que sea feliz en la otra vida, donde sin duda se habrá encontrado con su querido hijo Paulino. Desde aquí un abrazo muy fuerte a sus hijos e hijas, a sus nueras y yerno y a todos sus nietos. También una oración por su alma y el deseo de que la bondad infinita de Dios la haya acogido en su seno.

Miami Playa, 11 de Julio de 2017.