miércoles, 19 de diciembre de 2012


VIRGEN DE ESPERANZA
El día quince de diciembre celebramos anticipadamente el día de la Virgen de Esperanza, Patrona de Godojos.
Desde tiempos inmemoriales, la víspera se hace una gran hoguera. Antes se encendía junto a la ermita de la Virgen, ahora se prende en la bajada a la fuente. Los pocos que tienen la suerte de presenciar la hoguera, disfrutan con el fuego y con los recuerdos de siempre. Este año soplaba un viento endiablado, que alzaba a lo alto miles de chispas y ondulaba las potentes llamas   que se encrespaban hasta el cielo estrellado como lenguas insaciables y devoradoras.
Una vez consumida la leña, sobre las brillantes y encendidas brasas se asaron papada, morcillas, longanizas y chorizos que se consumieron en amigable compañía y con buen apetito en el bar del pueblo. También se envolvieron unas cuantas patatas, que bien asaditas y sazonadas con un poco sal están sabrosísimas. Sin duda que los que participaron en la fiesta de la víspera lo pasaron muy bien.
El día de la fiesta salió un día precioso. Sol abundante y brillante en Godojos. Asistimos a la misa casi todos los que estábamos en el pueblo. La Virgen estaba en su peana recibiéndonos a todos los que quisimos ir a visitarla. Tres hermosos ramos de flores, encargados por Ester y costeados por ella y por otras personas generosas la adornaban. El cura mejicano, don Ramón, dijo cosas muy bonitas sobre María, Virgen de la Esperanza y sobre la confianza en Jesús su Hijo. Se rezó con devoción. Se cantó con alegría y con voces afinadas y expresivas. Al final todos contestamos con fe al ¡VIVA LA VIRGEN DE ESPERANZA! ¡VIVA! Que el sacerdote repitió tres veces.
La procesión fue emocionante. Llevar a la Virgen María de la Esperanza por todas las calles del pueblo, en compañía de todos los moradores del mismo, fue muy gratificante. La peana era pesada, pero algunos, como el Avelino, no se cansaban de llevarla. Fue un acierto de Jesús Monge donar una peana para pasear a la Virgen por las calles de su pueblo como una vecina más. Antes nunca se le sacó de su hornacina.
No es lo mismo ahora que hace años cuando el que escribe esta crónica era niño. Recuerdo que oía entre sueños los cánticos de la Aurora que cantaban muy de madrugada por todo el pueblo mi padre Ildefonso, el padre del Borque, Cipriano y otros incondicionales. Iban bien abrigados, y templaban sus voces con algunos tragos de anís fabricado por ellos mismos. A las siete de la maña se iniciaba el Rosario de la Aurora que recorría todo el pueblo, con la cruz, el estandarte de María y cuatro faroles. A las diez se celebraba misa solemne en la ermita. La pequeña iglesia estaba abarrotada. Yo me pregunto cómo cabríamos allí, prácticamente los quinientos habitantes que entonces tenía Godojos. Después las autoridades tomaban turrón en el ayuntamiento y bebían vino duce y aguardiente. A los monaguillos nos daban una barrilla de guirlache.
Este año, después de la misa y procesión, bajamos al salón, donde todos pudimos disfrutar de un cuantioso y selecto vermut en armonía y buena compañía. Se suprimió la comida de otros años. Me dijeron que la cuantía se iba a donar a un banco de alimentos. Desde aquí aplaudo la idea, y felicito a los organizadores que la tuvieron. La vedad es que  con semejante aperitivo no era necesaria una comida.
Después de comer, muchos nos reunimos en el bar para tomar café y jugar a las cartas. Mi prima Conchita y mi mujer casi siempre nos ganan al Borque y a un servidor. Se agradece coincidir con gente amante del pueblo que viene de Madrid, como Tomás, su mujer, la nieta del tío Jacobo y familia, o de Barcelona, o de Zaragoza como Elena. María, Carlos, Domingo, Marisa, Conchita Borque, Maribel, Carlos el soriano y Olga, Pili y su marido el jarabeño, las hijas y los yernos de Bienvenido…  O los que se pasan desde Alhama como Amalio,  su mujer Rosa, Máximo y Pili. La hermana de Carlos y su marido. Es gratificante volver a ver caras conocidas como las de Alicia, Ester, Pascual, Teresa, Santiago, Felisa, Goya, Goyo, Jesús el “Cañas”, Fermín y su mujer, Bienvenido, esposa e hijo, Chon y su marido, Puri y Bienve, Armando, Castor, Pilar y Jesús, Luis, su hija Belén, su nietecito, su mujer y cuñada hermanas de Avelino. Loli, siempre sonriente y su amigo. Santi, el alcalde, su mujer y su hijo travieso y vivaracho. Alfredo y su mujer con Nora la niña que juega con todos los mayores porque es la única niña del pueblo… no sé si me dejo a alguien, bien sabe Dios que me gustaría nombrar a todos.
Desde aquí pido por todos a la Virgen de Esperanza, a la que con tanta fe y devoción rezaron nuestros padres y nuestros abuelos, con las mismas palabras que decía una canción que se cantaba en este día: “PUES VUESTRO PODER ALCANZA, CUANTO DE DIOS ESPERAMOS, MADRE DE DIOS, DE ESPERANZA”. Acuérdate de nosotros. 
ZARAGOZA 18 DE DICIEMBRE DE 2012.  DÍA DE LA VIRGEN DE ESPERANZA.
CARLOS ALDA