lunes, 18 de abril de 2016







La vida sigue  en Godojos. Los últimos coletazos del invierno han sido muy fríos. Incluso la nieve hizo acto de presencia en dos ocasiones, aunque débilmente. La gente sigue acercándose a Godojos y disfrutando alegremente de los fines de semana. El bar y su jefe Juan contribuyen a ello. Buenos pinchos para el vermut y sabrosas comidas preparadas por sus expertas manos en la cocina.
La ASOCIACION DE MUJERES RURALES DE GODOJOS  reanuda sus tares. Preparan nuevos eventos, nuevas comidas de confraternización y sus excursiones. Se ah renovado la Junta Directiva: Sole presidenta, Lourdes vicepresidenta, Cristina secretaria y  Esther tesorera. Las vocales Encarnita y Maribel se encargarán de preparar la cesta para la rifa y procurar vender cuantos más números mejor.
LA SEMANA SANTA ha registrado un nuevo llenazo en el pueblo. Me han contado que se  han celebrado los oficios religiosos y sus consabidas procesiones, salvo la del Viernes Santo que se suspendió por la lluvia. También me dijeron que se cantaron LAS HORAS DEL RELOJ con verdadera devoción, voces muy entonadas y una participación muy abundante.
A mi movil llegaron imágenes del rezo del VIA CRUCIS por el cementerio y la ermita de santa Ana. Es significativo y muy de agradecer, que alguien ponga las cruces todavía y que muchos godojeños y godojeñas  suban a recordar la pasión de Jesús, con el texto que de las estaciones leemos en el pequeño librito, que se conserva desde muy antiguo. Cuando yo era niño, el sacerdote mosén Salvador nos lo leía  en la iglesia todos los viernes de cuaresma. Los chicos y chiscas de las escuelas, acompañados por el maestro y la maestra, subíamos a las CRUCES. Por cierto que en las tres caídas besábamos el suelo con gran estruendo.
Es una pena que hayamos perdido el MONUMENTO que se ponía en el altar. Deberíamos sacarlo algún año para recordar cómo era y para que los más jóvenes, que nunca lo han visto, tengan noticias de él.
Sé que la costumbre de  probar y saborear las ricas LIMONADAS el Jueves Santo, después de los oficios, sigue en pie y toma cada vez más auge. Hay que mantener esa buena tradición.
La primavera ya ha llegado a Godojos y ha llenado los campos y cunetas de flores silvestres y de olores frescos y agradables.    
LOS AMIGOS DE LOS ALMUERZOS nos seguimos reuniendo en Zaragoza. Este trimestre pasado hemos celebrado varios. Nos han invitado Paco, el marido de Dolores, Máximo Nieto, Jesús Borque, Roque Martín, Ángel Ramos y yo también invité al grupo en la bodega de mi casa. Ese día hicimos almuerzo y al medio día dimos buena cuenta unos sabrosísimos garbanzos con calamares en su tinta. Asistieron también a la  comida  mis primos José Luis y Salva Nieto, así como Carlos  Galindo. Recordamos a mi tío José Alda, tan asiduo  de estos eventos en los que disfrutaba más que nadie. Solamente nos falta ya celebrar el cumpleaños de Juan. Con él completamos el ciclo. Por cierto, que Jesús Borque encontró un bar donde nos tratan de maravilla y además nos hacen las invitaciones muy baratas.
ZARAGOZA 9 DE ABRIL DE 2016
CARLOS ALDA




ADIÓS A GOYA.

Goya nos dejó hace bien pocos días. Muchos estuvimos acompañando a sus hijas e hijos en el tanatorio de Torrero. Goya llevaba tiempo en el pueblo donde vivía acompañada y cuidada por una señora que le buscaron sus hijos. Goya era la más vieja del pueblo. Cuando se la llevaron de él, no aguantó nada más que unos días, era ya muy mayor. Goya era hija del tío “Royo el atecano”. De joven vivía con su hermana Balbina y su hermano Javier, el padre de Paulino, en la calle Gascón y Marín. Creo que tenía otro hermano y una hermana más, pero yo no me recuerdo de ellos. Se casó con Elías Ciria. Tuvo dos hijas, Paloma, Asunción  y  cuatro hijos Lele, Castor, Pedro y Alfonso. Yo conocí a Lele y a Paloma, con los que conviví algunos años en el pueblo. Al resto los he conocido de mayores. Cuando hice un libro sobre Aragón, envié a un fotógrafo de la editorial S M a Godojos, para sacar alguna foto relacionada con el pueblo y con su principal producto, el vino, y sacaron a Elías trajinando vino en la puerta de la bodega.
Desde estas líneas doy mis condolencias a todos sus hijos y familiares. Goya fue siempre una mujer discreta y sufrida, como todas las madres de Godojos de una edad similar o mayor. Recuerdo haberla visto muchas veces en la terraza del bar del pueblo, junto con otras mujeres como Librada, Felisa, Alicia… Descanse en Paz y que Dios la premie en la otra vida, porque sin duda que se  ganó la recompensa con creces.
ZARAGOZA 9 DE ABRIL DE 2016
CARLOS ALDA


sábado, 16 de abril de 2016

ALFONSO ALDA (FONSITO)


Hoy hace una semana que dimos cristiana sepultura a mi hermano Alfonso. Se nos fue en el mes de abril, cuando la naturaleza brota y renace a una nueva vida. Él también pasó a una NUEVA VIDA, sin hacer ruido, sin molestar a nadie, tal como había vivido siempre.
Mi hermano nació en Godojos  hace setenta y ocho años. Pasó su infancia y parte de su juventud en el pueblo. Él recordaba al pueblo, a los primos, a los amigos y a los años vividos en Godojos con mucho cariño. Como era bueno, en todos los lugares donde estuvo fue feliz y muy querido por aquellos que con él convivieron.
De niño y después de joven fue un gran aficionado al fútbol. Sé que después del trabajo en el campo, junto con otros forofos del pueblo, no dudaba en coger la senda de la “Cuesta” y pasar a Alhama para ver partidos televisados, porque en Godojos no había TV. Recuerdo su alegría cuando consiguió un ping para lucirlo en su chaqueta del Atlético de Bilbao, porque cuando tenía catorce o quince años, era admirador y también hincha de este equipo. Ya viviendo en Zaragoza se hizo socio y seguidor del Zaragoza. Durante muchos años subió domingo tras domingo a la Romareda para presenciar los partidos. La mala racha del equipo le desilusionó y se dio de baja como socio.   
Como buen Godojeño le gustaba jugar al guiñote. Él, que de por sí no era muy hablador, no dejaba de charlar y decir chascarrillos durante las partidas. En los muchos años que veraneó con la familia en Miami Playa, su mayor diversión era participar en las partidas que jugábamos en las terrazas por la tarde  o noche y las que con los amigos jugaba en el chiringuito de la cala. Expresiones que decía como: “papá y mamá”, cuando cantaba las cuarenta o “A esta rata quien la mata”, cuando terminaba la partida y hacía las diez de últimas, quedarán siempre en nuestro recuerdo. Seguro que este verano le echaremos mucho de menos.
Nos recordaremos de él y del cariño que demostraba hacia sus sobrinos y sobrinas así como a los nietecicos que tenemos los hermanos. Disfrutaba dándoles propinas y jugando con los más pequeños.
Fonsito, como todos le llamábamos, tenía una memoria prodigiosa. Cuando teníamos alguna duda sobre gente relacionada con el pueblo, él nos aclaraba las cosas rápidamente. También se recordaba de todas las fiestas, y sabía con mucha anticipación cuando caía la meriendilla, la Semana Santa o la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
En su entierro se volcaron con él los familiares,  todos los del pueblo y también los amigos que conocieron su fallecimiento. Desde aquí, muchas gracias de parte de la familia. Cuando en la vida se siembra bondad, se recoge cariño y agradecimiento. Publico también en estas páginas lo que leía al final de la misa para despedirlo.
Descansa en PAZ  querido hermano. Tus familiares y tus amigos te recordaremos siempre con cariño y pediremos a Dios que te dé el descanso eterno.
ZARAGOZA 17 DE ABRIL DE 2016

CARLOS ALDA GÁLVEZ 

HERMANO ALFONSO

Querido hermano Alfonso. Hoy nos sentimos especialmente tristes porque tenemos que decirte adiós para siempre. Es muy duro pensar que se acabó el cariño que tú nos diste  en vida, aunque lo guardemos como el mejor de los recuerdos. Nos consuela a todos pensar que ya estás en el cielo junto a Dios y también  saber que, en esta vida, todos los que tuvieron relación contigo te apreciaron de verdad, y que a la vez que repartiste generosamente tu cariño, también lo recibiste.
¡Qué sorpresa te habrás llevado al encontrarte frente a Dios! Tú, que de por sí eras hombre de pocas palabras, te habrás quedado mudo. Él te habrá cogido de la mano y te habrá dicho: “¡Ánimo, hijo, ya has llegado!” Y como  de pasada, te habrá susurrado al oído: Ya teníamos ganas de verte  por aquí con nosotros. Siempre he escuchado tus oraciones y tus buenas intenciones y deseos. Ahora todo es una realidad nueva.
Querido hermano Alfonso, de la mano de Dios, habrás comprobado que  los dolores de espalda y de riñones han desaparecido. Que el calendario de fiestas, que tú también te sabías, se ha trasformado en una fiesta continua. Que el cielo consiste en estar junto a Dios nuestro Padre amoroso lleno de felicidad. Comprobarás que Dios siempre ha estado a tu lado, porque Dios siempre ha estado con nosotros, junto a nosotros, dándonos todo su cariño. Después de este primer encuentro con Dios, tu amigo y nuestro amigo,  tus fallos habrán quedado sepultados para siempre en el baúl vacío de los recuerdos muertos. Habrán aparecido  en tu memoria tus obras buenas, tu sencillez, el cariño que has repartido entre todos, tu fe sencilla en Dios, en Jesús y en María…  Y habrás empezado a entender que Dios es todo bondad y que es  gratuito, como el agua de la fuente, como el sol que nos calienta e ilumina todos los días. Y habrás comprendido, por fin, la parábola del Hijo Pródigo, y lo maravilloso que es sentirse Hijo de Dios y hermano de Jesús. Yo sé querido hermano que esto te habrá llenado de felicidad.
Para todos los que creemos en la otra vida, donde ya no habrá ni llanto, ni dolor ni penas, pensamos que no hay muerte, sólo hay mudanza, y en la otra orilla nos espera gente maravillosa. Seguro que te habrás encontrado con nuestros padres, con los que conviviste y a los que cuidaste tantos años, y también con otros muchos seres  queridos que   partieron antes que tú. Nuestro consuelo es pensar que la muerte no nos roba a los seres queridos, al contrario nos los guarda y nos los inmortaliza.
Fonsito,  yo sé que si ahora pudieras hablarnos nos dirías cosas parecidas a estas: “Pensad que lo que fui para cada uno de vosotros, lo soy todavía. Que mi nombre se pronuncie como antes, sin tristeza. Continuad riendo con lo que tantas veces nos hizo reír. Pensad en mí, sonreír y rezad conmigo. Recordaros de mí este verano cuando juguéis a las cartas. Yo no estoy lejos, solo al otro lado del camino. Secad vuestras lágrimas y no lloréis si me amáis. Yo estoy con Dios, con Jesús y con la Virgen María  a los que en mi pueblo me enseñaron a querer desde  niño”.

Tienes razón, pero con tu marcha nuestra pérdida es muy grande. Sabemos que nos hemos quedado  sin  un hermano  especialmente bueno. Nos costará admitir tu pérdida pero con toda seguridad que recordaremos los muchos momentos felices vividos junto a ti y pensaremos que nos esperas en la otra orilla, desde donde tú nos mirarás con cariño y sin añoranza, disfrutando de una felicidad completa.