miércoles, 19 de diciembre de 2012


VIRGEN DE ESPERANZA
El día quince de diciembre celebramos anticipadamente el día de la Virgen de Esperanza, Patrona de Godojos.
Desde tiempos inmemoriales, la víspera se hace una gran hoguera. Antes se encendía junto a la ermita de la Virgen, ahora se prende en la bajada a la fuente. Los pocos que tienen la suerte de presenciar la hoguera, disfrutan con el fuego y con los recuerdos de siempre. Este año soplaba un viento endiablado, que alzaba a lo alto miles de chispas y ondulaba las potentes llamas   que se encrespaban hasta el cielo estrellado como lenguas insaciables y devoradoras.
Una vez consumida la leña, sobre las brillantes y encendidas brasas se asaron papada, morcillas, longanizas y chorizos que se consumieron en amigable compañía y con buen apetito en el bar del pueblo. También se envolvieron unas cuantas patatas, que bien asaditas y sazonadas con un poco sal están sabrosísimas. Sin duda que los que participaron en la fiesta de la víspera lo pasaron muy bien.
El día de la fiesta salió un día precioso. Sol abundante y brillante en Godojos. Asistimos a la misa casi todos los que estábamos en el pueblo. La Virgen estaba en su peana recibiéndonos a todos los que quisimos ir a visitarla. Tres hermosos ramos de flores, encargados por Ester y costeados por ella y por otras personas generosas la adornaban. El cura mejicano, don Ramón, dijo cosas muy bonitas sobre María, Virgen de la Esperanza y sobre la confianza en Jesús su Hijo. Se rezó con devoción. Se cantó con alegría y con voces afinadas y expresivas. Al final todos contestamos con fe al ¡VIVA LA VIRGEN DE ESPERANZA! ¡VIVA! Que el sacerdote repitió tres veces.
La procesión fue emocionante. Llevar a la Virgen María de la Esperanza por todas las calles del pueblo, en compañía de todos los moradores del mismo, fue muy gratificante. La peana era pesada, pero algunos, como el Avelino, no se cansaban de llevarla. Fue un acierto de Jesús Monge donar una peana para pasear a la Virgen por las calles de su pueblo como una vecina más. Antes nunca se le sacó de su hornacina.
No es lo mismo ahora que hace años cuando el que escribe esta crónica era niño. Recuerdo que oía entre sueños los cánticos de la Aurora que cantaban muy de madrugada por todo el pueblo mi padre Ildefonso, el padre del Borque, Cipriano y otros incondicionales. Iban bien abrigados, y templaban sus voces con algunos tragos de anís fabricado por ellos mismos. A las siete de la maña se iniciaba el Rosario de la Aurora que recorría todo el pueblo, con la cruz, el estandarte de María y cuatro faroles. A las diez se celebraba misa solemne en la ermita. La pequeña iglesia estaba abarrotada. Yo me pregunto cómo cabríamos allí, prácticamente los quinientos habitantes que entonces tenía Godojos. Después las autoridades tomaban turrón en el ayuntamiento y bebían vino duce y aguardiente. A los monaguillos nos daban una barrilla de guirlache.
Este año, después de la misa y procesión, bajamos al salón, donde todos pudimos disfrutar de un cuantioso y selecto vermut en armonía y buena compañía. Se suprimió la comida de otros años. Me dijeron que la cuantía se iba a donar a un banco de alimentos. Desde aquí aplaudo la idea, y felicito a los organizadores que la tuvieron. La vedad es que  con semejante aperitivo no era necesaria una comida.
Después de comer, muchos nos reunimos en el bar para tomar café y jugar a las cartas. Mi prima Conchita y mi mujer casi siempre nos ganan al Borque y a un servidor. Se agradece coincidir con gente amante del pueblo que viene de Madrid, como Tomás, su mujer, la nieta del tío Jacobo y familia, o de Barcelona, o de Zaragoza como Elena. María, Carlos, Domingo, Marisa, Conchita Borque, Maribel, Carlos el soriano y Olga, Pili y su marido el jarabeño, las hijas y los yernos de Bienvenido…  O los que se pasan desde Alhama como Amalio,  su mujer Rosa, Máximo y Pili. La hermana de Carlos y su marido. Es gratificante volver a ver caras conocidas como las de Alicia, Ester, Pascual, Teresa, Santiago, Felisa, Goya, Goyo, Jesús el “Cañas”, Fermín y su mujer, Bienvenido, esposa e hijo, Chon y su marido, Puri y Bienve, Armando, Castor, Pilar y Jesús, Luis, su hija Belén, su nietecito, su mujer y cuñada hermanas de Avelino. Loli, siempre sonriente y su amigo. Santi, el alcalde, su mujer y su hijo travieso y vivaracho. Alfredo y su mujer con Nora la niña que juega con todos los mayores porque es la única niña del pueblo… no sé si me dejo a alguien, bien sabe Dios que me gustaría nombrar a todos.
Desde aquí pido por todos a la Virgen de Esperanza, a la que con tanta fe y devoción rezaron nuestros padres y nuestros abuelos, con las mismas palabras que decía una canción que se cantaba en este día: “PUES VUESTRO PODER ALCANZA, CUANTO DE DIOS ESPERAMOS, MADRE DE DIOS, DE ESPERANZA”. Acuérdate de nosotros. 
ZARAGOZA 18 DE DICIEMBRE DE 2012.  DÍA DE LA VIRGEN DE ESPERANZA.
CARLOS ALDA





domingo, 18 de noviembre de 2012

LA SACA EN GODOJOS



El día 14 de noviembre, día de huelga, tuvimos el segundo almuerzo de este curso. Invitaba mi hermano Alfonso. En el restaurante- bar Emperador, nos reunimos los mismos que en el almuerzo anterior, menos Ángel Ramos que tuvo que quedarse a cuidar de los nietos, hicieron huelga sus nietos, pero él no pudo hacerla.
Hablamos de muchas cosas, como siempre, pero esta vez comentamos ampliamente la actividad que en Godojos se tenía este mes de noviembre con motivo de la SACA DEL VINO. En noviembre Godojos era un pueblo bullicioso y activo, aunque casi toda la actividad se realizaba en el monte de las bodegas. Recuerdo que siempre que he pasado por Andújar, pueblo aceitunero de Jaén, el olor de aceite se me colaba por las ventanillas del coche. En este mes Godojos olía a vino. Olían las personas que pisaban desnudos los lagares. Olían las regacheras en las que se echaban las heces, cuando se limpiaban las cubas. Olían las bodegas que todavía conservaban algo de tufo y olían sobre todo los prensaderos donde se estrujaba el orujo para sacarle hasta la última gota de vino. Noviembre era un mes amable, oloroso y espiritoso.
De madrugada se formaba la primera parada de orujo dentro de la prensa. En Godojos había dos tipos de prensas: las de hierro y las de madera de doble huso. En las prensas de madera, mediante una recia soga se hacía la parada para prensarla. Varios hombres, a veces ocho o diez, giraban las macro tuercas mediante una gran palanca. Los esfuerzos eran grandes. La prensa empezaba a llorar y el vino caía  en una pila preparada al efecto.
Las prensas de hierro no tenían más que un huso. En vez de cuerda había una linterna, que acogía el orujo y  sobre la que se ponía una plataforma. Dos personas eran suficientes para manejar la palanca que apretaba la plataforma para que el orujo destilase el vino. Además recuerdo que tenían unos hierros que martillaban y producían unos sonidos agradables.
Las tardes de prensa eran muy amables. La gente descansaba entre vuelta y vuelta y comentaba cosas muy amigablemente. La hora de la merienda era especialmente deseada. No se merendaba mucho. Abundaban las sardinas rancias, sabrosas nueces, almendras y buenos trozos de pan. Era curioso el transporte de vino a las respectivas bodegas mediante grandes botos o pellejos que se cargaban al hombro.
Hoy día ya no es lo mismo, pero aún hay algunos que fermentan vino en diversos recipientes y prensan el orujo. Ya no meriendan sardinas rancian ni nueces, pero sí que asan estupendas costillas de cordero y sabrosas lonchas de papada en los hogares de las bodegas.
No nos olvidemos de nuestro pueblo ni de la vida de sus habitantes, cuando Godojos estaba lleno de vida.
ZARAGOZA, 15 DE NOVIEMBRE DE 2012

CARLOS ALDA

miércoles, 31 de octubre de 2012


HALLOWEEN EN GODOJOS.


En la víspera de TODOS LOS SANTOS, los habitantes de Godojos celebrábamos, desde hace muchos años nuestro particular HALLOWEEN. Nos adelantamos al mundo Anglo-Sajón, lo que pasa es que lo celebrábamos con un sentido religioso diferente. No necesitábamos disfrazarnos para pasar miedo. Al atardecer empezaban las campanas a tocar a muerto. Era un toque quejumbroso. A mi se me ponía la carne de gallina. Antes de que se hiciese de noche, todos los niños estábamos recogidos en casa, calentitos junto al hogar, y bien apretaditos a nuestros padres o abuelos. Con las últimas luces habíamos echado un vistazo de  reojo al  cementerio, donde los muertos descansan por toda la eternidad.
Después de cenar salíamos bien abrigados de casa y nos encaminábamos a casa de mi abuela Petra. Allí rezábamos los quince misterios del rosario y después contestábamos a las letanías. También recordábamos a los difuntos de la familia y volvíamos a rezar padrenuestros y responsos por el eterno descanso de sus almas.
Lo bueno venía cuando se acababan los rezos. Recuerdo que mi abuela sacaba un riquísimo y dulcísimo mostillo, pastas diversas, nueces y almendras que guardaba para esta conmemoración. Mientras comíamos estos dulces se seguía hablando de los muertos y de los cementerios. Alguien contaba que los pastores habían visto salir del cementerio luces y llamaradas especiales. Decían que eran las almas del purgatorio que viajaban en pena por aquellos parajes. De mayor supe que eran fuegos fatuos, producidos por el sodio que llevan nuestros cuerpos.
Una noche pasé mucho miedo, porque mi padre nos leyó la leyenda de “Maesse Pérez el organista” de Gustavo Adolfo  Becquer. Yo temblaba de miedo imaginándome oír los acordes de aquel viejo órgano, tocado por el alma del organista difunto. Más adelante disfruté leyendo las preciosas, intrigantes y misteriosas leyendas de “El Miserere” o “El Monte de las ánimas” del mismo autor. Si alguien quiere pasar una buena noche de HALLOWEEN que se atreva a leer estas estupendas leyendas.
Ya tarde regresábamos a casa. Aún seguían tañendo las campanas con sonidos lastimeros y lúgubres. A veces en la barbacana de la fuente habían puesto dos calabazas imitando una calavera a la que una vela iluminaba los vacíos ojos y boca . Os aseguro que nos acostábamos tiritando, no tanto por el frío, que lo hacía en abundancia, sino por el miedo que nos llegaba a lo más profundo de nuestros huesos.
ZARAGOZA, 31 DE OCTUBRE, 2012
CARLOS ALDA 


PRIMER ALMUERZO DE LA TEMPORADA


Ayer, día treinta de octubre celebramos el primer almuerzo de la temporada. Diez amigos de Godojos o relacionados con Godojos nos citamos en el bar Emperador para disfrutar del primer almuerzo. Este año se nos ha unido JUAN, cuñado de Jesús Borque. Él es de Cetina y estuvo casado con Angelita, la hermana de Jesús. Todos lo conocíamos y fue aceptado en el grupo con alegría. Nos invitaba PACO,  que es muy generoso y disfruta siendo él el primero que empieza el ciclo cada año.
Así pues, disfrutamos del almuerzo José Alda, el más veterano de todos, Alfonso Cebolla, Alfonso Alda, Jesús Borque, Roque Martín, Paco Bosque, marido de Dolores, el invitador, Ángel Ramos, marido de Carmen Alda, Carlos Galindo, de Alhama, marido de Elena, Juan el nuevo y Carlos Alda que escribe esta crónica.
Lo pasamos muy bien. Disfrutamos de un buen almuerzo regado con vino generoso. Prolongamos la tertulia tomado café y alguna copa. Después disputamos varias partidas de guiñote, como es costumbre.
Desde esta página invitamos a todo aquel que quiera unirse a nuestro grupo y disfrutar de estupenda compañía y sabrosas conversaciones y recuerdos, que no deje de hacerlo. Con cualquiera que contacte del grupo, le dará razón suficiente y conveniente. En esta ocasión recordamos la fiesta de Todos los Santos que en Godojos coincidía con el fin de la vendimia. Todos llegamos a la conclusión de que cuando nosotros éramos niños, Godojos era un gran pueblo, lleno de personajes sencillos, sabios e ilustres, de costumbres estupendas y de vida sencilla pero intensa y llena de alegría.
ZARAGOZA, 31 de octubre de 2012
CARLOS ALDA

sábado, 20 de octubre de 2012


GODOJOS Y SUS UVAS


A veces decimos que hay gente que “tiene mala uva”. De Godojos no podemos decir eso. En Godojos siempre ha habido buena uva. La uva fue durante mucho tiempo la vida de Gosdojos. Se vivía para la uva y por la uva.
En las viñas había muchas clases de uva: Robal o (Bobal), Viuna o(Viura), Garnacha, Moscatel, Tempranillo, Moristel… yo solamente sabría distinguir las más comunes, pero los entendidos sabían muy bien cual era cual y qué propiedades tenían.
Antes de la vendimia nos acercábamos a las viñas para coger uvas y conservarlas colgadas durante parte del invierno. Recuerdo que había unas uvas preciosas llamadas de COLGADERO. Tenían los granos muy sueltos y brillantes. Además eran  bastante gordos y su color era de un  morado intenso. Estas uvas tenían la particularidad de que se conservaban durante mucho tiempo intactas, tal vez un pelín arrugadas.
Otras uvas muy buscadas eran aquellas que tenían unos granos muy gordos y de color rojo. En el pueblo se les llamaba de COJÓN DE GATO o de SANGRE LIEBRE. Eran unas uvas muy sabrosas, aunque tenían unas pepitas muy gordas. También eran buenas para colgarlas y guardarlas durante mucho tiempo.
Colgadas también se guardaban uvas blancas de garnacha o de robal. Las uvas de garnacha negra se guardaban extendidas sobre tableros o cañizos. Como sus granos eran pequeñitos llegaba un momento que se convertían en pasas. Eran muy ricos de comer y se empleaban para mezclarlos con los bizcochos.
Las uvas de moscatel y de viuna se comían de postre antes de las vendimias. El moscatel había que cogerlo pronto porque en caso contrario se lo comían las avispas. Su sabor era dulce como el de la malvasía.
 Las uvas que se guardaban en los graneros servían para postre durante muchos meses y también para mezclarlas con las migas. En Godosjos se comían muchas migas, porque el pan, cuando se ponía duro, se aprovechaba de esa manera.
Los vendimiadores que venían de otros pueblos y los de Godojos no se resistían, de cuando en cuando, en dar unos bocados a los racimos más lustrosos, maduros y brillantes. Los galgos, que andaban sueltos por el pueblo y pasaban mucho hambre, también comían del fruto de las cepas.
Una anécdota curiosa. Cuentan que una cuadrilla de vendimiadores, que iban para alguien de Godojos, se quejó, porque en la comida que les enviaban al campo, nunca encontraban postre. La dueña de la casa y encargada de preparar las viandas mandó coger un canasto de ricas uvas, de uno de los cuévanos, y enviárselas en la próxima comida. Fue una buena idea.
Zaragoza, 16 de octubre de 2012
CARLOS ALDA

viernes, 12 de octubre de 2012


LAS MUJERES RURALES DE GODOJOS VIAJAN A SAN SEBASTIÁN


Por fin llegó el día esperado, 15 de septiembre. Casi tres decenas de mujeres viajeras y muy valientes se dieron cita en Godojos para realizar su viaje anual. La víspera, se las veía ilusionadas. Por las calles del pueblo circulaban personas: niños bulliciosos, complacientes maridos y mujeres comunicativas y habladoras saludándose con cálidos abrazos. El bar del pueblo rebosaba de personal. El ambiente era formidable. Recordaba los buenos tiempos en los que Godojos era un pueblo alegre, poblado de personas y de niños que corrían descuidados por sus calles.
Las tertulias en la terraza del bar se terminaron relativamente pronto, porque al día siguiente había que estar a las seis de la mañana montadas en el autocar.
La noche pasó rápida y con sueño inquieto. Poco antes de la hora fijada se iban abriendo las puertas y las viajeras salían, con sus maletas de viaje o sus bolsas, camino de la fuente nueva donde les esperaba el autocar. Algunas iban acompañadas de sus maridos, otras protestaban porque los suyos se habían quedado tranquilos en la cama, sin reparar que a ellas les hubiese gustado que hubiesen bajado con ellas hasta el autocar. “Eso son maridos y no los que se han quedado durmiendo”, oí que decía una de ellas.
Tras una leve parada en Alhama para recoger a Tere, el autocar puso rumbo a San Sebastián, primer destino de nuestras viajeras. Tras un descanso  en la carretera para desayunar las rurales  llegaron a su destino: San Sebastián.
Fueron primero al monte Igueldo. Se montaron en el funicular y presenciaron divertidas la playa de La Concha y los paisajes que desde tan privilegiada altura se presenciaban. Regresaron al autocar para visitar la otra parte de la playa de La Concha aunque no emprendieron la ascensión al monte Urgull ni  visitaron  el castillo de La Mota y al Cementerio de los Ingleses por no disponer de tiempo. Así se les pasó la mañana. De nuevo en la ciudad se desperdigaron por el casco viejo para comer. Me costa que no hicieron una comida formal, pero sí que se pusieron hasta las cachas con los ricos pinchos que saben hacer, como nadie, en esos bares de la zona de tapeo.
Por la tarde realizaron la visita guiada a San Sebastián. Tres horas acompañadas de la guía descubriendo la belleza y riqueza artística de la ciudad. El Kursal, la catedral, el palacio de Ayete, los Peines del Viento de Chillida, el hotel María Cristina, los paseos y bulevares fueron visitados por el grupo y la guía las ilustró con sus conocimientos y sus entretenidas anécdotas.
Al atardecer llegaron rendidas al hotel en Lasarte. Cenaron con buen apetito y aunque algunas querían seguir la juerga, creo que se retiraron a descansar a sus habitaciones.
El domingo amaneció con un sol radiante. Después de tomar un desayuno estupendo en el hotel emprendieron viaje a San Juan de Luz, ciudad fronteriza francesa donde pasaron la mañana. A las rurales de Godojos les gustó la ciudad y compraron diversos productos y adornos. Sé que tuvieron mucho éxito las vaquitas y los pimientos imantados, pero también los quesos y otros productos típicos de allí. Visitaron también Hondarribia, antes Fuenterrabía, y después de comer, tapeando de nuevo, emprendieron el viaje de regreso. En la Almunia, las que viajaban a Zaragoza, abandonaron el autocar. El resto siguieron el viaje hasta Godojos donde terminó la excursión. Todas se sintieron felices, alabando la buena organización, dando las gracias a las responsables y emplazándose hasta el próximo año para realizar una nueva salida en tan buena armonía.
Los dos días que Godojos se quedó sin mujeres los pasamos los hombres haciendo de amos de casa. Comimos y cenamos en las bodegas y jugamos buenas partidas de guiñote en el bar. Sí que echamos de menos a nuestras mujeres y en el fondo todos pensábamos lo mismo: ¡Qué triste y aburrida es la vida sin ellas!
Me hubiese gustado publicar fotografías con las protagonistas de la excursión, pero nadie me las ha enviado para poder ilustrar el evento.
Zaragoza 1 de octubre de 2012.



CARLOS ALDA    
EL PEIRÓN DE LA VIRGEN DEL PILAR


En el camino del pueblo a la fuente de “Santana”, al borde mismo del barranco Valdaroque, se encuentra, el que fue, un hermoso Peirón dedicado a la Virgen del Pilar.
El Peirón tiene una altura de cuatro metros y una anchura en la base de 80 X 70 cm. La planta está formada por unas piedras sillares, muy bien colocadas, aunque ahora casi permanecen enterradas. Además de la base tiene tres cuerpos. En el segundo de ellos se encuentra la hornacina con la imagen de la Virgen de Pilar. Remata el Peirón  una cruz de hierro, que a su vez soporta una veleta.
Recuerdo cuando éramos niños las veces y veces que pasábamos junto al Peirón. Siempre dedicábamos un recuerdo, un saludo o una jaculatoria a la Virgen del Pilar. Muchas veces nos sentábamos en las piedras de su base antes de emprender la subida hacia la fuente de “Santana”. No recuerdo un solo año que dejásemos de rezar junto a este Peirón el día 12 de octubre. Para nosotros era importante visitar a la Virgen en su Peirón en pleno campo y añorar las fiestas que se celebraban en Zaragoza.
Hoy día el Peirón está muy dañado y muy abandonado. Gracias a su firme estructura de ladrillo se mantiene en pie. Creo que ya no está la primitiva imagen del la Virgen del Pilar, porque, hace años, su propietaria tuvo la osadía de subirse a una escalera y coger la imagen diciendo que era de su papá. Menos mal, que otros godojeños y godojeñas supieron remediar tan torpe decisión y colocaron una nueva imagen.
La palabra “Peirón” es una palabra aragonesa. Es una palabra sonora, recia, firme, segura, redonda, como todo lo bueno de Aragón. No está en el diccionario de la Real Academia Española, pero no importa. Nosotros la mantenemos como un tesoro. El ordenador me la admite sin ningún reparo ni subrayado. Mantengámosla pues nosotros con orgullo y hagamos algo por mantener también en pie y dignamente el Peirón del Pilar donde nosotros y nuestros padres y abuelos rezamos  a la Pilarica en tantas ocasiones.
ZARAGOZA, 12 DE OCTUBRE DE 2012.
CARLOS ALDA 

sábado, 25 de agosto de 2012

ADIÓS A LA RECORDADA AURORA

Ayer me comunicaron la muerte de Aurora. Hoy todos los del pueblo se habrán volcado en darle su último adiós en el cementerio de Torrero. ¡Cuánto me hubiese gustado compartir estos momentos con todos! Desde aquí doy mis condolencias a sus hijos e hijas, yernos y nueras, nietos y nietas.
Aurora era el último eslabón vivo mayor, que me unía con la gente de mi infancia. Aurora, mi madre Pilar, “la Roya”, la Tía Humbelina, madre del Borque, y la tía Aguedica, mujer del Cesáreo, eran muy amigas. Se reunían, en las tardes e invierno para jugar al “Burro”  y a la “Zorrica”, cada domingo en una casa. Nosotros nos acercábamos donde ellas estaban porque nos preparaban chocolate y algunas tortas.
Aurora era la mujer del tío Perico, un hombre alegre y juguetón, lleno de brío y de optimismo. Ella también derrochaba alegría. Yo recuerdo que se reía con una risa franca y sincera. Sus carcajadas eran sonoras y contagiosas. Siempre estaba de buen humor. Aurora fue la madre de nuestro amigo Antonio, persona noble donde los hubiera, buen amigo y excelente paisano. Todos lo recordamos con cariño y lloramos su pronta desaparición.
Hoy quiero recordarla con aquella alegría que tenía cuando era joven y también quiero CREER que se habrá reencontrado con sus seres queridos en la otra vida y que habrá vuelto a sonreír con la misma alegría que derrocho cuando era joven en esta vida. Descansa en paz querida AURORA.
CARLOS ALDA. MIAMI PLAYA, 21 DE AGOSTO DE 2012   

jueves, 23 de agosto de 2012

Veranear en Godojos

Siempre ha habido veraneantes en Godojos. Recuerdo cuando era un crío que venían chicos y chicas como yo a pasar el verano a casa de familiares. Procedían de las ciudades y traían un color blanco envidiable para nosotros, que estábamos curtidos por el sol y el aire del pueblo. Pronto cogían nuestro color moreno, si subían a las eras a trillar o bajaban con toda la canícula de las tres de la tarde a bañarse con los chicos del pueblo en los estanques del Sr. Pascual o del Sr. Luis.
También venían personas mayores, que paseaban al atardecer por la carretera, tomaban la fresca en las puertas de las casas, o bajaban a tomar vermut al medio día a las bodegas, o a disfrutar de unas buenas chuletas asadas con sarmientos y regadas con el espeso y sabroso tinto que se guardaba dentro.
Los tiempos han cambiado. En Godojos ya no se siega con hoz ni se trilla en las eras, pero si se sigue tomado el aperitivo en las bodegas y merendando ricas chuletas al caer de la tarde. Es una suerte poder disfrutar cada año de estos placeres en compañía de gente estupenda.
Poder pasar unos días del verano en Godojos es un lujo. Yo doy gracias a mis primos que me permiten hacerlo. Compartir un vaso de buen vino y conversación con cualquiera del pueblo merece la pena. Si ese cualquiera se llama Joaquín, Amalio, Rosa, Borque, Conchita, Salva, Tere, Toñete, Fermín, Jesús, Alfredo, Pascual, Esther, Loli, Santiago, Pili, Olga, Inés, Carlos, José Luis, Aurora, Ángel, Margarita… y otros tantos que me gustaría nombrar, más que más. Tomar el fresco por la noche en la terraza del bar o en la puerta de la bodega de Amalio, oyendo los tangos, pasodobles, rancheras o sevillanas que nuestros amigos Marcos y Casi ponen en el flamante y recién estrenado salón de su bodega, es un lujo que no tiene precio.
Mi mujer y yo nos sentimos felices en Godojos y desde estas líneas damos las gracias a todos los que han compartido con nosotros estos días.
CARLOS ALDA. MIAMI PLAYA 2012





lunes, 28 de mayo de 2012

DÍA 22 DE MAYO. SANTA QUITERIA ABOGADA DE LA RABIA Y PATRONA DE ALHAMA DE ARAGÓN


ALas fiestas populares son las más bonitas y las que conservan todo el poder, la alegría y la tradición de un pueblo.
Alhama celebró la fiesta de su patrona con una alegría y un entusiasmo, que podía contagiar a cualquiera que tuviese la suerte de participar en ella.


Recuerdo que fuimos una vez en familia a dar gracias a santa Quiteria, abogada de la rabia, porque un perro nuestro, llamado “LITRI”, mordió a un chico del pueblo, pero no le trasmitió la rabia. Mis padres adornaron  el carro de mi abuela con ramas verdes y flores de las que abundan en mayo. Las dos familias montamos de madrugada en el tradicional vehículo y después de hora y media nos presentamos ante la ermita de la Santa. Oímos misa con devoción y al terminar, la tía Joaquina, madre del niño mordido, cantó varias coplas a la abogada de la rabia, en agradecimiento porque a su hijo no le había pasado nada. Después nos unimos a la celebración de todo el pueblo de Alhama, comimos una rica comida, oímos la música, bailamos, cantamos y jugamos llenos de alegría. Guardo un maravilloso recuerdo de ese día, a pesar de ser un niño todavía pequeño.
Cincuenta y muchos años después he vuelto a vivir la fiesta de santa Quiteria con su peregrinación hasta la ermita. Todo se lo debo a la amabilidad de  Celia y a Tito que, a través de Conchita y Borque, me invitaron a la fiesta. La hija de Celia era la que tenía la VARA, pero fueron sus padres los que le ayudaron en la organización y desarrollo de la fiesta, ya que llevaban alrededor de CIEN invitados.
Al llegar a Alhama me encontré con la procesión, que acompañada de charanga, llevaban a la Santa Virgen a la ermita de san Roque. Es costumbre cantarle a la Santa coplas en la que se le piden los deseos propios de cada uno. Celia le cantó en su ermita y le pidió que aumentase la familia y que mantuviese la fe de todos. Celia está preocupada y entusiasmada porque su hija está embarazada y en unos meses dará a luz a un niño. De ahí su petición.
A las once y media montamos en los tractores camino de la ermita. La salida se anunció con unos cohetes y todos seguimos al tractor que llevaba la VARA MAYOR,  con la imagen de la Santa. En el camino se nos ofrecieron pastas y riquísimo vino dulce que bebíamos en porrón, aunque con el traqueteo del tractor resultaba  bastante difícil. Rubén, hijo de Celia y de Tito, que ocupaba la parte trasera del tractor, resultó ser un experto en estos menesteres. Marisa, una simpática madrileña invitada a la fiesta, también lo intentó con mucho cuidado y notable éxito.
Una vez que acampamos en la llanura, al pie del monte de la ermita, iniciamos la empinada, dolorosa y costosa subida. La vereda era estrecha y muy empinada. El sobrealiento se hacía notar en nuestros pechos. No sin esfuerzo llegamos hasta  la pequeña altiplanicie donde se encuentra la ermita. Entramos con respeto y devoción y saludamos a la Santa que se encuentra en el centro del altar.
La ermita es muy sencilla. El recinto está bien blanqueado y limpio. Tiene un pequeño retablo con altar y un púlpito, en mitad de la sala. Adosados a las paredes se encuentran unos rudimentarios poyos para que la gente pueda sentarse. Al lado de la ermita hay un solar donde sin duda ninguna debió estar la casa del ermitaño o santero hace años. En la planicie hay una charca con abundante agua. También hay árboles y plantas rodeando la ermita y la charca. Más arriba se encuentra el pequeño manantial que alimenta a la charca.
El cura don Ramón dijo la misa y los asistentes cantaron y rezaron con devoción. Todas las personas que subieron hasta la ermita  entraron para ver y saludar a la Santa. Se notaba que había un rescoldo de fe y de emoción en todos los que con cariño subieron hasta el cerro.
Me contaron los de Alhama que, en tiempos, la ermita era compartida por Alhama y Bubierca. Como había disputas y alguna que otra riña, los de Alhama cedieron unos terrenos a los de Bubierca y adquirieron la prioridad para celebrar la fiesta de la santa siempre, ellos solos, el día veintidós de mayo.
Abandonamos el monte y bajamos al valle. Allí nos esperaba un riquísimo y variado vermut y una abundantísima y apetitosa comida. Grupos de personas se habían distribuido en distintos lugares del valle y de la chopera. Encontramos mesas bien dispuestas, con amplios tableros, llenas de platos con diversos aperitivos, jamón, chorizo, cortecitas, queso, tortillas al gusto: de patata, de patata y cebolla, de verduras, de chorizo, de jamón, de escabeche, de gambas… en unas enormes parrillas asaron varios kilos de sabrosísima papada y de riquísimas chuletas de cordero de Aragón. Tampoco faltaron los postres de un aspecto y una variedad envidiables.
Había agua fresca, cerveza con alcohol y sin, vino blanco, clarete y tinto en abundancia. Después de los postres tuvimos café y variedad de licores, destilados, coca colas, tónicas, pacharán, orujos, chupitos… No sé como el cuerpo de algunos pudo aguantar tanta cantidad y variedad de licores como ingirieron.
La  comida resultó muy animada. Hubo brindis abundantes, apetito envidiable, carcajadas y buen humor a raudales. En la sobremesa se cantaron jotas y otras canciones que las personas cantamos cuando hemos bebido y estamos contentos.
Salvo una pequeña lipotimia, sin duda debida al calor, no hubo que lamentar el más mínimo incidente.   
A las seis de la tarde se bajó a la gran chopera donde los feriantes habían instalados diverso puestos de venta y esparcimiento. La charanga tocó música bailable y la gente joven se animó a bailar y a pasarlo estupendamente durante más de una hora.
A las ocho volvíamos a montar en el tractor y a recorrer el viaje de vuelta, porque los cofrades tenían que ir a buscar a la Santa que por la mañana habían dejado en la ermita de san Roque y devolverla a la suya. En el garaje del Manazas  se formó la comitiva presididos por la VARA MAYOR  y precedidos por el pendón, con la imagen de la santa, que iba abriendo paso. La charanga tocaba animadas canciones y el pendonero bailaba el pendón con una maestría que admiraba al público.
Cuando llegamos al centro del pueblo, desde las aceras y desde las terrazas de los bares la gente aplaudía al grupo de cofrades y a la comitiva. Estos respondían lanzando una lluvia de caramelos que los niños y niñas y algunos mayores recogían con verdadero entusiasmo. Pasmos el puente y dimos por terminado el viaje. Los cofrades llevaron a su Santa a la ermita y después se reunieron a cenar en el garaje. Comida y bebida tenían en abundancia.
Gracias amigos de Alhama por haberme permitido pasar un día tan estupendo. Gracias Celia, Tito, Mariano, Carmen, Pascual, Máximo, Carlos Galindo, Conchita y J. Borque. Gracias a todos por vuestra amabilidad, por vuestra fe y cariño hacia la Santa y por vuestro saber estar en todo momento.
CARLOS ALDA. ZARAGOZA, 25 DE MAYO DE 2012RAGÓN

martes, 17 de abril de 2012

SEMANA SANTA EN GODOJOS

Me han dicho que la Semana Santa en Godojos ha estado muy animada. Muchos han viajado hasta allí para pasar unos días de descanso y vivir los momentos religiosos que dicha semana lleva consigo.
Hizo mal tiempo. Llovió pero la lluvia fue bien recibida porque el campo estaba muy sediento.
Me consta que se cantaron las horas del reloj y que, aunque cortas, se hicieron las dos procesiones así como el recorrido del Viacrucis por el cementerio. No se olvidan fácilmente esas buenas costumbres de nuestro pueblo.
Tampoco se olvida la gastronomía propia de esos días. Sé que se degustaron diversas limonadas en distintas bodegas y en casas particulares. Tampoco faltó en la mesa las comidas con bacalao y con congrio que tanto se recuerdan en estos días. Los huevos rellenos y los huevos tontos seguro que también estuvieron presentes.
 ZARAGOZA 13 DE ABRIL DE 2012
CARLOS ALDA

ÚLTIMO ALMUERZO DE AMIGOS DE GODOJOS

Hoy nos ha invitado CARLOS GALINDO. Carlos es de Alhama pero está casado con Elena que es de Godojos. Así que tiene la suerte de tener dos pueblos. Hemos cambiado de bar. Nos ha llevado al bar Enlaces, que está debajo de su casa. Nos han atendido estupendamente. Además de los huevos con jamón nos han ofrecido una sabrosa morcilla y unos rebozados de bacalao estupendos. Estuvimos todo el grupo. Mi tío José se fue pronto porque tenía un ligero catarro. El resto jugamos al guiñote y tomamos nuestros cafés y nuestras copas en buena armonía. Después se nos juntó alguien conocido que también disfruta con el guiñote.
Seguimos la juerga en el bar de Antonio, que está al lado. Nos aguantó hasta las tres de la tarde. Desde allí nos fuimos a la terraza de otro bar cercano, donde seguimos disfrutando del sol y de unas partidas divertidas y muy competidas. Ahí se nos unió “Jóse” que vive cerca. A las siete de la tarde dábamos por terminado el último almuerzo de la temporada.
Fin a los almuerzos. En septiembre, si dios quiere volveremos a reiniciar la marcha. La realidad es que pasamos un ratito agradable, nos reímos, comentamos cosas del pueblo y disfrutamos de los tradicionales manjares.
ZARAGOZA 13 DE ABRIL DE 2012

jueves, 12 de abril de 2012

ADIÓS A SERGIO

En La Muela, el pueblo de los molinos de viento, en una pequeña iglesia con bóveda de crucería gótica y un altar con estupendo retablo renacentista, dijimos ADIÓS  a SERGIO, nieto de Amalio y de Rosa.
Sergio murió el domingo de Pascua tras un desgraciado accidente en Ibiza, a los 22 años. El dolor que produjo su muerte fue inmenso. Gran cantidad de amigos y amigas, jóvenes como él, llevaron  a la iglesia multitud de ramos y coronas. Sus vivos colores resaltaban más al contemplar la pena de quienes los llevaban. Su olor perfumó toda la iglesia y sin duda que subió a lo alto como ofrenda de recuerdo y de cariño. Imponía la seriedad y el respeto que mostraban los amigos del cuerpo de la Guardia Civil cuando transportaron su féretro hasta el interior de la iglesia. Se te rompía el alma al contemplar los lloros y gemidos de sus familiares y de los numerosos amigos y amigas jóvenes que con ojos enrojecidos y llenos de lágrimas despedían a Sergio.
La ceremonia fue sencilla, íntima y sentida. El órgano y el coro entonaron canciones llenas de mensaje, de fe y de consuelo para aquellos que creemos en la otra vida. Con cuanto sentimiento se cantaron “Al atardecer de la vida/ me examinarán del amor”… “Despidamos todos juntos al hermano y en tonemos en su honor una canción”… y otras muchas canciones.
Contemplando la pena de los asistentes se te hacía un nudo en la garganta y las lágrimas asomaban a los ojos de todos los asistentes.
Muchos de Alhama, pueblo de Rosa, estuvieron presentes en el entierro. Godojos se volcó entero. Todos, que todavía mantenemos las fuerzas, estábamos allí consolando a Amalio y a Rosa y acompañando a todos los familiares de Sergio.
Es dura la muerte y más cuando sobreviene a los veintidós años, pero es un trago por el que todos tenemos que pasar. Nos duele la muerte de Sergio, la pena de sus padres, de sus hermanos, de sus abuelos de sus familiares y amigos. Estamos junto a ellos y sentimos su pena. Rezamos por él a la Virgen de Esperanza, patrona de nuestro pueblo y confiamos en que disfrute de una vida plena y dichosa de acuerdo con su fuerza y juventud.
“Morir sólo es morir. Morir se acaba. /Morir es una hoguera fugitiva. / es cruzar una puerta a la deriva/ y encontrar lo que tanto se buscaba.
DESCANSA EN PAZ, QUERIDO SERGIO. UN ABRAZO PARA TODOS SUS FAMILIARES.
ZARAGOZA 12 DE ABRIL DE 2012
CARLOS ALDA

miércoles, 4 de abril de 2012

OBITUARIO-

Murió Carmencilla y quiso ser enterrada en su pueblo, GODOJOS.
Si conservamos la fe que nos trasmitieron nuestros padres, resulta conmovedor comprobar que, una vecina del pueblo, con quien hemos compartido parte de nuestra vida, haya querido realizar su último viaje al lugar donde nació, donde creció, donde rezó, donde jugó y donde seguramente pasó tantos momentos felices, para quedarse definitivamente aquí, descansando para siempre junto a sus padres: Santiago y Eduviges  y su hermano Alfredo.
Carmen ha vuelto a su hogar, aunque ahora su verdadero hogar, como escribió Unamuno en unos maravillosos versos sea el Seno del Padre:
“Méteme Padre Eterno en tu pecho,
Misterioso hogar,
Dormiré allí pues vuelvo deshecho
 Del duro bregar”.
Como todas las despedidas, esta fue triste, pero a la vez conmovedora. Todo el pueblo reunido en la iglesia donde fue bautizada, dándole el último emocionado adiós.
No hacía mucho tiempo que vi en Godojos a Carmen. Estaba sentada en su silla de ruedas, donde pasó la última etapa de su vida. Aun  viéndola así, vino a mi mente el recuerdo que yo tenía de niño de ella: Una chica menuda, dulce, alegre y vivaracha.
Carmen se casó con Tomás, un mocetón del pueblo vecino, Ibdes. Se fueron a vivir a Madrid y allí formaron una familia con cuatro hijos: dos hijas y dos hijos.
Hoy, desde estas líneas,Carmen, te doy las gracias por haber querido volver a tus raíces, por querer descansar en el CAMPOSANTO de tu pueblo y por haber mantenido la fe en otra vida mejor.
Para ti este pequeño recuerdo cariñoso. Para los tuyos nuestra expresión de dolor y cariño más sinceros. Me atrevo  a pedir, a cuantos te conocían,  una oración a la Virgen de Esperanza por tu alma y un recuerdo amable, para que tu persona nunca caiga en el olvido.
MIAMI PLAYA, 4 DE ABRIL DE 2012.
CARLOS ALDA

martes, 3 de abril de 2012

LA NATURALEZA Y EL CAMPO NOS PREPARAN PARA LA PASIÓN DE CRISTO

Resulta hermoso el despertar a la vida del campo en primavera.

En los brazos desnudos de la parra y en los muñones cortados de las vides empiezan a brotar las yemas, que pronto se convertirán en verdes paños de hojas, que taparán los desnudos brazos y los amputados muñones, como taparon en el Génesis el desnudo pudor de Adán y Eva, en el último atardecer de su estancia en el Paraíso.

Tardará todavía hasta que asome como suave y temblorosa pelusilla, la inflorescencia que cuajará en granulados racimos.

En los campos de inmensos trigales, la espiga está guardada entre las verdes y finas hojas, ya a punto de encañar. Calentarán tímidamente los jóvenes soles  de abril y derramarán toda su luz los soles más cálidos de mayo, para que las incipientes espigas y las uvas, todavía agraces, se abaniquen con paños de brisa para adornar las custodias del Corpus.

Aguarda siempre la Naturaleza su turno para hacerse presente en las ceremonias más significativas y entrañables del cristianismo. Y es que, el campo es cristiano, porque hace dos mil años, las divinas manos del Nazareno eligieron del campo los símbolos con los que perpetuarse entre los hombres: el pan y el vino.

Del campo procedía también la Cruz en que murió. Del campo vino. Sin duda que antes de que le clavaran al Hijo de Dios fue árbol. Árbol que se agitó con el viento. Árbol que sostuvo nidos de pájaros en sus brazos ramados. Árbol que dio sombra al fatigado caminante y que saludó con su copa el paso de las nubes del cielo.

La naturaleza, el campo son cristianos porque Jesús se retiraba allí con frecuencia a orar. Porque escogió el Huerto de los Olivos para pasar sus últimas y solitarias horas más amargas.

Tal vez por eso, los olivares arrastran una plateada palidez, comunican una tristeza de adiós silencioso y en la corteza de sus ramas perdura el amargor del cáliz que no quería, pero que tuvo que beber el Nazareno.

En estos días, todos los olivares de España aguardan impacientes su domingo grande. Sus finas ramas viven un temblor de víspera y se ofrecen generosas para aclamar al Hijo de David como ramos del Domingo de Ramos y hacer de cada pueblo y ciudad una nueva Jerusalén.

Jesús comienza su pasión entre olivos. Sufre los dolores de una corona de espinas clavada en su cabeza, trenzada con las finas y punzantes ramas de un arbusto silvestre del campo, el espino. Y acaba clavado en el madero de la Cruz, que antes fue un árbol, que creció y vivió en el campo.

Como si sintieran la cercana muerta de Jesús, hay por los olivares un untuoso olor a los óleos últimos, prontos para suavizar y mitigar el dolor de las heridas o para embalsamar el cuerpo yacente  del Crucificado.

Bendito campo, bendita naturaleza cristiana que mucho antes que nadie y que nada prepara cada año la PASIÓN DEL REDENTOR.

ZARAGOZA 30 DE MARZO DE 2012-03-27

CARLOS ALDA

domingo, 1 de abril de 2012

LAS CUEVAS DE GODOJOS

CUEVA NEGRA

De niños, las cuevas eran algo misterioso y además algo que había que descubrir, explorar y conocer. Cerca del pueblo, en el camino que lleva a la ermita de san Jorge, se halla la CUEVA NEGRA. Es un inmenso boquete que se abre en la montaña como una negra boca hambrienta. RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA dice en una de sus greguerías que “en las cuevas bosteza la montaña”. Los chicos de mi tiempo visitábamos esta cueva de vez en cuando. Recuerdo que siempre recogíamos leña seca y hacíamos dentro una gran hoguera. Las llamas se reflejaban en el techo y en sus paredes creando figuras fantasmales.

CUEVAS DE SAN JORGE

La cueva de san Jorge era nuestro refugio  los días de la meriendilla. Los mayores y más ágiles subíamos a la más alta. Los pequeños o menos ágiles se quedaban en la de abajo. Allí nos comíamos nuestra rica molleta y nuestros sabrosos buñuelos. El diálogo entre los de arriba y los de abajo era continuo. “Ya me he comido el chorizo y la longaniza. Nosotros ya nos hemos comido las magras… a mi ya nada más me quedan los buñuelos…” la verdad es que terminábamos enseguida de comer y pronto volvíamos a estar juntos  por san Jorge o por la Fuente de los Santos.

 CUEVA DEL BAILE LAS ZORRAS

Esta cueva se encuentra encima de la Fuente de los Santos. Es una cueva alargada, un buen salón, donde de verdad podrían bailar las zorras. El nombre no puede ser más expresivo. Tal vez algún pastor  o trabajador, de los que apuraban demasiado el día, descubrió esta diversión de estos animales tan astutos. ¿No hay una película que se titula “Bailando con lobos”?  ¿Por qué las zorras no van a poder bailar? En el libro “El maravilloso viaje del pequeño Nils Horgenson” se habla de las danzas y bailes de las grullas en los atardeceres de primavera. Yo apuesto porque las zorras y zorros  de Godojos se echarían sus buenos bailes en esta cueva y que alguien tuvo la suerte de verlos y ponerle a la cueva ese nombre.

CUEVA DEL “JUAQUINAZO”

Esta cueva estaba más apartada de los lugares que solíamos frecuentar los chicos. Sin embargo es una cueva con leyenda. Los mayores nos contaban que en ella se escondió durante muchos años un ladrón llamado Joaquín, que como era un pedazo de tío, en toda la zona se le conocía como “Juaquinazo”. Era un ladrón generoso, robaba a los ricos y ayudaba a los pobres. Dicen que vivió escondido en dicha cueva muchos años, hasta que se hizo mayor y entonces se fue, sin despedirse de nadie, a su pueblo que estaba en la lejana Extremadura. Esa cueva a los chicos de mi tiempo siempre nos causaba respeto y hasta un poquillo de canguelo.



EL ECO

El ECO es otro de los puntos claves de Godojos. Junto con el Castillo, la fuente de Santa Ana y la visita a las bodegas constituía el principal atractivo turístico del pueblo. Cuando venían amigos o familiares de Madrid, Barcelona, Zaragoza u otro lugar cualquiera de España, se les llevaba a dar voces al ECO, para que este las repitiese con auténtica nitidez. El ECO  se encuentra en el camino hacia Alhama por la “Cuesta”. Hay una piedra,  marcada con unas incisiones, que nos indica el lugar desde donde las respuestas se oyen con mayor claridad. La frase más usada era: “ECO… ¿HAS COMIDO SOPAS?... ¿CON CUCHARILLA O CON TENEDOR?  El ECO  nos repetía invariable lo mismo que nosotros le preguntábamos. La buena audición se debe a que nuestra voz choca en la pared posterior del castillo, que es casi completamente lisa, ya que apenas tiene ventanas y la devuelve en pocos segundo al lugar donde nosotros nos encontramos.

Última mente he visto a poca gente subir al ECO, tal vez se deba a que el camino está en muy malas condiciones, lleno de maleza y de basura. Sería bueno recuperar otra vez esa atracción turística de nuestro querido pueblo.

ZARAGOZA, 26 DE MARZO DEL AÑO 2012-03-26

CARLOS ALDA

sábado, 31 de marzo de 2012

ENCUENTRO EN ALMUERZO DE AMIGOS DE GODOJOS



 El día  21 de Marzo, celebramos el penúltimo almuerzo los amigos de Godojos. Nos reunimos en el bar Emperador y pagó la invitación mi tío José Alda. Estábamos todos: José Alda, Alfonso Cebolla, Alfonso Alda, Ángel Ramos, Roque Martín, Jesús Borque, Paco el marido de Dolores, Carlos Galindo  y un servidor. Se incorporó al grupo un conocido de mi tío, que había trabajado con ellos en la tienda.

El menú fue el de siempre: platitos de morcilla y de longaniza y dos huevos fritos para cada uno acompañados con jamón, vuelta y vuelta, y con crujientes patatas fritas. Dimos cuenta de todo con buen apetito y saboreamos un riquísimo vino tinto para hacer más fácil el tránsito. Después tomamos cafés y copas y jugamos unas partidas de guiñote que, como siempre, resultaron competidísimas. Nos despedimos con alegría hasta el próximo almuerzo, al que sin duda nos invitará Carlos Galindo.

viernes, 9 de marzo de 2012

DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

Nuestras trabajadoras mujeres se merecen tener un día de fiesta, para que nunca olvidemos los hombres lo mucho que han hecho, hacen y harán por nosotros. Mi mujer, que ha sido buena trabajadora toda su vida, quiso celebrar este día con sus cuñadas, primas y amigas. Para ello preparó una suculenta comida en nuestra bodega.
La hora prevista para empezar la fiesta eran las tres de la tarde, ya que Lupi, Charo y Tere todavía son jornaleras y salían de sus respectivos trabajos a esa hora.
¡Qué alegría, que algarabía  y cuántos besos de saludo! Poco a poco fueron llegando todas provistas de ricos obsequios. Mis hermanas Rosa y Maricarmen, así  como la prima Lupi aparecieron con  sendas trenzas. Marisa con un artesanal y riquísimo brazo de gitano. Conchita con unos redondos y sabrosísimos buñuelos. Elena con una empanada casera, fabricada por ella, que estaba para chuparse los dedos. La amiga Maricar con dos bandejitas de almendras recubiertas de chocolate que están de vicio y Charo y Tere con sendas botellas de cava, Ana de Codorníu, dorado y lleno de ascendentes burbujas.
Como ya era tarde, se empezó a comer con rapidez y con buen apetito. La mesa estaba llena de auténticos manjares: bandejitas de jamón ibérico, salmueras al ajillo, montaditos de paté francés y de brandada de bacalao, gambas con gabardina a la harina de tempura, riquísimas croquetas caseras, trocitos de la empanda hecha por Elena, ensaladas de ventresca con cebolla caramelizada y de rodajas de tomate aliñado con aceite de Borja y adornado con daditos de queso fresco. El vino fue lo más flojo, pues aunque saqué vino blanco de la Ribera del Duero, casi todas se apuntaron al dulzón Lambrusco.
Después de estos entrantes mi mujer había preparado una gelatinosas cocohas, hechas al estilo vasco que resultaron de cinco tenedores. La alegría, el guirigai, el buen humor y la risa abierta presidieron toda la comida. De postre se tomó una ensalada de frutas.
Durante el café se saborearon y alabaron todos los dulces, sobre todo los artesanales, y se bebió y brindó con el riquísimo cava Ana de Codorníu.
Se brindó por las presentes y se formuló el deseo de celebrar cada año esta magnífica fiesta.
Aunque la conversación era alegre, distendida y gratificante se decidió emprender una partida de guiñote y otra de rabino. Elena se hizo con el rabino y en guiñote las parejas quedaron empatadas. Sin embargo, decidieron terminar de jugar y seguir con la conversación, porque resultaba más jugosa y más entretenida que las cartas.  Cerca de las ocho de la tarde se puso fin a la fiesta y nuevamente los abrazos, los besos y la algarabía llenaron el salón de la casa. Todas felicitaron a mi mujer, Maribel, por la buena idea que había tenido, ponderaron lo bien que lo habían pasado  y agradecieron de corazón la invitación.
Nosotros también nos sentimos contentos y agradecidos por su aceptación y participación y prometemos celebrar otra al año que viene e incluso, si se tercia, repetir la invitación con cualquier escusa. El “carpe diem” a nuestra edad es fundamental, ya que un día sin fiesta, sin alegría o sin una sonrisa es un día perdido.
ZARAGOZA, 9 DE MARZO DE 2012
CARLOS ALDA

OBITUARIOS

EN MEMORIA DE RAMÓN IBÁÑEZ
Ayer me comunicaron que había fallecido RAMÓN IBÁÑEZ, nacido en Godojos. Era hijo de Tomás y de Carmen y nieto del tío Valero. Recuerdo al tío Valero la tarde del Jueves Santo tocando una campana de mano, por distintas esquinas de las calles del pueblo, minutos antes de la procesión. El sonido triste de la campana y las palabras que decía el buen señor nos sobrecogían y nos hacían pensar en la otra vida: “Mira que te mira Dios/ Mira que te está mirando/ Mira que vas a morir/ Mira que no sabes cuando”.  A la muerte de su padre, fue Tomás quien heredó la campana y la tradición. La última vez que la tocó seguramente que fue en Radio Nacional, cuando entrevistaron a mi padre, a Manuel y a otros de Godojos para hablar de nuestra Semana Santa. Allí se oyeron por última vez los tristes sones de esa triste campana. Yo no conocía a Ramón pero sé que nació en Godojos y que era buena gente. Descanse en PAZ este hijo de Godojos que ha fallecido. Desde aquí pido para él un recuerdo y una oración por su alma a la Virgen de Esperanza.
ZARAGOZA, 9 de Marzo de 2012
CARLOS ALDA.

OBITUARIOS

EN MEMORIA DE ÁNGEL GÁLVEZ
En el almuerzo nos enteramos que había fallecido ÁNGEL GÁLVEZ. Yo recuerdo de chico que le llamaban el “Angelillo de la plaza”, que era donde vivía. Era hijo del tío Lorenzo, que estaba cojo. Sus hermanos se llamaban Pepe, Lorenzo. Miguela y Pilar. Ahora vivía en Zaragoza con su hermana Pilar, sus sobrinos cuidaban que ambos estuviesen atendidos. Ángel era una persona sencilla. Yo le recuerdo como buen fumador y mejor conversador. Realmente el arte de la conversación lo manejaba con soltura. Era observador y filosofaba sobre los acontecimientos normales de la vida. Descanse en PAZ este hijo  de  Godojos que ha fallecido . Desde aquí pido para él un  recuerdo y una oración por su alma a la Virgen de Esperanza
ZARAGOZA, 9 De Marzo de 2012
CARLOS ALDA

REUNIÓN PARA HOMBRES, DÍA SIETE DE MARZO

¡Qué bien se siente uno con los amigos! El día siete de marzo volvimos a reunirnos para compartir almuerzo, conversación, noticias  y amistad. Celebrábamos el cumpleaños de Alfonso Cebolla, 79 años ya, y está joven y fuerte como un adolescente. Compartimos mesa y mantel con él: José Alda, Alfonso Alda, Roque Martín, Jesús Borque, Ángel Ramos, Carlos Galindo y el cronista que escribe estas líneas. Nos falló Paco que tuvo que ir al médico para que le realizase una cura en la mano.
El almuerzo resultó estupendo, como siempre. Demostramos que seguimos teniendo un apreciable  apetito.  La longaniza, los huevos fritos con jamón, vuelta y vuelta, y las crujientes patatas fritas fueron saboreados con placer, regados con buen vino tinto de la tierra y sazonados con agradable conversación, no ausente del buen humor de algunos chascarrillos.
Como siempre terminamos con sendas partidas de guiñote, que son un estupendo colofón a todos nuestros encuentros. Desde este bloc  le deseo al primo Alfonso que cumpla muchos más años y que todos podamos celebrarlo de la misma manera.
ZARAGOZA, 9 DE MARZO DE 2012
CARLOS ALDA

jueves, 1 de marzo de 2012

ALMUERZO DE AMIGOS DE GODOJOS EN EL RESTAURANTE EMPERADOR

Hemos reiniciado nuestros almuerzos. Estábamos todos: José Alda, Alfonso Cebolla, Alfonso Alda, Jesús Borque, Roque Martín, Carlos Galindo, Paco, el marido de Dolores, Ángel Ramos y un servidor.
Invitaba mi cuñado Ángel Ramos. Como siempre nos han sacado unos platitos de morcilla, chorizo y longaniza para abrir boca. Después cada uno ha pedido sus dos huevos fritos, con patatitas, con jamón o panceta o chistorra… ¡Qué buen apetito tenemos todos! Con tan ricas viandas el vinillo entraba sin sentir. Y es que el buen vino tinto es el mejor acompañante de estos almuerzos. La compañía siempre grata ha resultado todavía  más agradable, porque hacía más de un mes que no nos veíamos.   
El almuerzo lo hemos terminado con nuestros cafés, nuestras copas o chupitos y por supuesto, con sendas partidas de guiñote.
Alfonso Cebolla nos ha aplazado para celebrar otro el próximo miércoles.
ZARAGOZA, 1 de Marzo de 2012.  CARLOS ALDA

EL DIA18 DE FEBRERO LA MERIENDILLA

El día 18 de febrero celebrábamos en Godojos la Meriendilla. De niños teníamos dos días de meriendilla: el JUEVES LARDERO Y EL SÁBADO HOGUERO. Sé de qué viene el nombre de lardero, pero no sé, ni he encontrado en ningún sitio de qué proviene el nombre de “hoguero”. Puede ser que venga de hoguera, porque, tal vez, en otros tiempos se celebrase el día encendiendo una hoguera. Lo ignoro.
Lo que sí es cierto que, siguiendo una buena costumbre, nos preparamos para celebrarlo en muy buena compañía, en la soleada cueva del cerro san Jorge. Salimos de Zaragoza con mucha ilusión y llegamos a la cueva provistos de nuestras molletas rellenas de sabrosas viandas. No sé si por el calor reconcentrado en la cueva o por beber un vinillo fresco, de la cosecha del Borque, en ayunas, lo cierto es que a mi santa esposa le dio un mareo y perdió el sentido. Sin duda fue causa de un síndrome vagal. Estos nervios que controlan la digestión, cuando se enfadan dejan sin corriente sanguínea al cerebro y la pérdida de sentido es fulminante.
A mi esposa ya le ha sucedido este episodio alguna vez, y parece que es hereditario porque a su padre también le pasaba. NO tiene mayor importancia, aunque el susto es gordo y las dos o tres horas que pasa hasta recuperarse son malas.
Yo desde estas líneas tengo que decir GRACIAS, MUCHAS GRACIAS  a todos. A mi cuñado Ángel y a Fernando, que como dos expertos sanitarios la atendieron y propiciaron que recobrase el conocimiento. A mi prima Esther, que rauda fue a buscar el primperan, creo que hasta la farmacia de Ateca. A Conchita y a Charo que le prepararon la habitación y la abrigaron bien para que se recuperase pronto. A Elena, a Puri… a todas y todos que se interesaron tanto por ella. GRACIAS, MUCHAS GRACIAS  a todos.
La meriendilla no terminó bien.  No probamos los buñuelos, no jugamos al guiñote, no nos reímos con los chascarrillos de la gente, pero sí que comprobamos que en Godojos somos solidarios y que nos afectan las cosas de los demás.
Mi primo Jesús, que hacía varios años que no venía a la meriendilla, cree ser el gafe, porque la vez anterior que estuvo, fue cuando su hermano Salva sufrió el accidente de coche. No lo creas Jesús, simplemente fue mala suerte.
Un abrazo a todos y hasta el próximo SÁBADO DE MERIENDILLA. 




CARLOS ALDA

sábado, 21 de enero de 2012

CELEBRACIONES CON AMIGOS DE GODOJOS

Cualquier motivo es bueno para reunirse y pasarlo bien los amigos y familiares. En los días navideños, después de la Nochebuena, en Godojos se aprovechaba para matar uno de los cerdos que poseían las familias. Se iniciaba la función bien de mañana degustando unas pequeñísimas copas de aguardiente y calentando el agua de la caldera para pelar al cochino. Dar muerte al cerdo era todo un rito muy ruidoso y macabro. Pelarlo, colgarlo en el patio de la casa y sacarle el mondongo para limpiarlo y hacer las morcillas era obra del matachín que decíamos en Gosdojos, en otros pueblos lo llamaban matarife, las dos palabras admite el diccionario. Se almorzaba con una buena sartenada de migas y las degolladuras del sabroso marrano. Las tareas de hacer la matanza las dominaban las mujeres del pueblo a la perfección, aunque siempre había una que controlaba la proporción y mezcla de las especias para que las morcillas, bolas, longanizas y chorizos salieran en su punto. Las cenas en familia eran abundantes, enjundiosas, alegres y muy participadas. Los chicos teníamos un aliciente más, que era sobar la vejiga hasta poder hincharla y convertirla en un efímero balón.
Para recordar estos buenos momentos vividos en el pueblo hace ya muchos años, nos juntamos en mi bodega de Zaragoza Roque Martín, Salva Nieto, Carlos Galindo, Alfonso Alda, Jesús Borque, José Luis Nieto, Ángel Ramos y un servidor con motivo de degustar, hasta hartarnos, una judiada con oreja y morro de cerdo y unas buenas fuentes de escarola. El vino por supuesto que era de Godojos de las cosechas del Borque y de Roque. Las judías estaban divinas. Una pastilla de flatoril nos ayudó a hacer la digestión y a controlar las consabidas ventosidades inherentes  a dicho alimento. Cuentan las crónicas que los judíos sefardíes, cuando vivían en España, antes de que fueran expulsados por los  Reyes católicos, a esta pequeña y socorrida legumbre le llamaban cristianas. Era lógico no se iban los judíos a comer a las judías, como los cristianos no nos íbamos a comer a las cristianas.
La comida resultó suculenta y muy agradable. Salva aportó una perola de borraja, para que aquel que quisiera suavizara la legumbre con la aragonesa verdura. Después de los postres tomamos cafés copas, puros, cigarros y la emprendimos con unas partidas de guiñote. Las partidas tenían un aliciente. Los perdedores deberían aportar un euro para comprar un décimo de lotería para el sorteo del Niño. Todos aportamos algo, lo que indica que todos perdimos alguna serie, pero hubo alguno que aportó hasta cuatro euros, lo que indica que perdieron por lo menos cuatro series.
DÍA DOCE DE ENERO PRIMER CUMPLEAÑOS DE 2012
A las diez de la mañana estábamos citados en mi bodega, que como dice mi primo José Luis es terreno de Godojos. José Alda, Alfonso Cebolla, Alfonso Alda, Jesús Borque, Paco Bosque, Roque Martín, Carlos Galindo, Ángel Ramos, José Luis Nieto y un servidor nos sentamos a la mesa dispuestos a dar buena cuenta de los huevos fritos, la longaniza, la morcilla, la papada, el choricito… por supuesto regado todo con buen vino de Godojos. A fe que cumplimos sobradamente con el objetivo.
Después del café y las copas la emprendimos con el guiñote. Partida va y partida viene. Los perdedores aportaban el euro para jugar al bonoloto
La mañana pasó rápida entre partida y partida, copa y copa, anécdota y anécdota, chascarrillo y chascarrillo, siempre recordando gente y episodios de nuestro pueblo.
A las dos de la tarde abandonaron la bodega José Alda y Alfonso Cebolla. Los demás nos quedamos para comer unos sabrosos garbanzos negros, preparados por mi mujer, que sabían a gloria. Los garbanzos con congrio que prepara Esther en Godojos están buenísimos, pero estos preparados con sepia y calamares no les tienen envidia. Todos terminamos contentos y para hacer la digestión bebimos unas hierbas digestivas  mientras volvíamos a jugar al guiñote.
Salimos ya tarde de la bodega y aún nos paramos en el bar Amazonas para echar el arranque. La jornada fue completa y, a pesar de haber comido tanto, a nadie nos sentaron mal ni la comida ni la bebida.
ZARAGOZA 17 DE ENERO DE 2012, FIESTA DE SAN ANTONIO ABAD, SAN ANTÓN. DÍA EN QUE EN GODOJOS SE COMÍA EL MORCILLÓN   
CARLOS ALDA