jueves, 5 de febrero de 2015

FEBRERO EN GODOJOS

El mes de febrero es un mes corto pero frío y algo traicionero. Muchos años, unos días de buen tiempo llenan de flores los almendros, pero una helada nocturna o matinal las queman totalmente y nos dejan sin almendras ese año. Recuerdo las mañanas de febrero en el pueblo y veo el cerro de las bodegas y de santa Ana cubierto de blanca y fría escarcha, que en las zonas más sombrías permanecía sin irse durante varias jornadas.
El refranero se preocupa de los cambios de este mes: “Febrerillo el corto, un día peor que otro”. “En febrero busca la sombra el perro”.  “Por san Blas la cigüeña verás, y si no la vieres año de nieves” También hacen referencia los refranes al calendario: “Por san Blas una hora y más”. Es lo que van creciendo los días. “Para san Matías pega el sol en las sombrías, se igualan las noches con los días y cantan las gollorías”. Todos sabemos que las noches se igualan con los días cuando llega la primavera el 21 de marzo, pero como la fiesta de san Matías se celebraba el día 24 de febrero ya nos vamos acercando a esa igualdad. Creo que es una cuestión de rima dentro del pareado.
Febrero era un mes que tenía cierto aliciente para los chicos de Godojos. Iniciábamos el mes con la fiesta de la “CANDELARIA”. Los maestros nos subían a la iglesia, y allí durante la misa nos repartían unos cabos de vela que encendíamos como pequeñas candelas para celebrar el día de la Purificación de la Virgen María y la Presentación de Jesús en el Templo. Escuchábamos con respeto el relato evangélico donde se repetían las profecías del Anciano Simeón y de la Profetisa Ana. Los cabos de vela los llevábamos a casa.
SAN BLAS.
Patrono de la garganta. Era un médico que fue martirizado en las persecuciones romanas. Para honrarlo los chicos de Godojos cantábamos estupendas canciones en presencia de todos.
Era un día grande en Godojos. No había escuela. Los chicos matábamos un gallo en medio de la plaza después de haberle cantado una canción cada uno. Pobre gallo colgado de las patas en el centro de una soga, que iba desde el balcón del Ayuntamiento al de la casa de mi abuela. Todo el pueblo se reunía para escuchar las canciones y las andanzas del gallo, que como un alcahuete se metía por todas las casa y conocía todo lo que en ellas pasaba. En boca de los chicos salían todos los chismes y dimes y diretes del pueblo. Había gente que no quedaba muy bien parada, pero todos admitían las revelaciones con humor. Por la tarde nos comíamos el gallo, que previamente había guisado alguna madre para todos los chicos. Invitábamos también al maestro. Ahora lo pienso, y aunque elegíamos un gallo gordo, creo que era poco gallo para tanto chico. Claro que en el recorrido pidiendo por las casa nos habían dado, además de dinero viandas muy sabrosas para compartir con el pobre gallo.
Menos mal que, como ya no quedan chicos en Godojos esta fiesta ya no se celebra, porque de ser así los ecologistas y protectores de animales descolgarían  el gallo de la soga y nos lo quitarían.
SANTA ÁGUEDA
El día cinco de febrero es la festividad de santa Águeda. Joven mártir a la que le cortaron los pechos. En Godojos no se conmemoraba de una manera especial, pero ahora, varias mujeres del pueblo celebran la fiesta en Zaragoza. Oyen misa devotamente en la iglesia del Portillo, donde se encuentra la SANTA, le rezan para que les proteja sus pechos y los de sus hijas y disfrutan de un día de fiesta, ya que en este día la mujer es la protagonista.
LAS MERENDILLAS
También en febrero se celebraban la merendillas, el jueves y el sábado. ¡Qué alegría para los chicos esos días! Soñábamos con ellos y las dos horas que íbamos a la escuela por la mañana estábamos bien nerviosos. Cuando los maestros nos daban suelta subíamos a casa toda marcha a coger el talego con la molleta, repleta de cosas buenas, y los sabrosos buñuelos endulzados con pastosa y dulcísima miel o azúcar. En grupo nos íbamos a san Jorge donde con buen apetito dábamos buena cuenta del contenido del talego.
Hoy día los mayores mantenemos esa costumbre, y el sábado nos juntamos en la cueva de san Jorge con nuestra molleta y con nuestros ricos buñuelos. Es una fiesta estupenda donde todos compartimos viandas y dulces y tomamos el sol de febrero resguardados del viento, divisando un bello paisaje a nuestros pies y allá a lo lejos el pueblo con su iglesia, la ermita de santa Ana y el castillo.       
Este año se celebra la merendilla el sábado día 14, fiesta de san Valentín. Yo animo a todos los amantes de Godojos a que vengan al pueblo a participar de esta entrañable costumbre, por descontado que se lo pasarán estupendamente.
ZARAGOZA, 5 DE ENERO DE 2015.

CARLOS ALDA GÁLVEZ

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