miércoles, 11 de febrero de 2015

OFICIOS EN GODOJOS

La despoblación del mundo rural, sobre todo en Aragón es una realidad. Cuando yo era niño en Godojos éramos alrededor de quinientos habitantes. Hubo épocas, que hasta las casa más pobres y abandonadas estaban habitadas por emigrantes, que se establecían temporalmente en Godojos. Aparte de la dedicación casi total a las labores agrícolas en el pueblo había otros oficios, que voy a intentar resumir brevemente.
En los años cincuenta Godojos tuvo SACERDOTE, MÉDICO, MAESTRO Y MAESTRA Y SECRETARIO  que eran funcionarios públicos desempeñados por personas que no eran del pueblo.                   
SACERDOTES conocí a Mosén SALVADOR  y a Mosén FÉLIX. 
MÉDICOS: Don FELIPE Y don ENRIQUE. Este último se casó con Laurita, moza del pueblo.
MAESTROS Y MAESTRAS: Don PATRICIO y doña Agustina, matrimonio pedagógico. Don CAYO y doña CARMEN, que se casó con mi tío Pablo. Don CELESTINO Y don FRANCISCO.
SECRETARIO: don Gil  y JESÚS JAVAL,  que se casó con Elena, moza del pueblo.
JUEZ DE PAZ: Yo conocí como tal al tío Monge. Su misión era juzgar litigios entre vecinos y procurar que todos llegasen a un acuerdo amigable.
GUARDIA: Se preocupaba de vigilar los campos para que nadie robara lo que pertenecía a otros. Llevaba cruzada al pecho una correa con una placa donde se indicaba su cargo. En el verano, hasta después de las vendimias, había dos guardias que vigilaban todo el término.
AGUACIL Y PREGONERO: Fue el tío Federico, que era hermano de mi abuela. Heredó el cargo su hijo Domingo. Recuerdo que llevaban gorra de plato en algunas ocasiones y que tocaban una corneta antes de recitar el pregón que siempre empezaba: “De Orden del  señor Alcalde se hace saber…”. También anunciaban la venta de sardinas o de otras cosas.
MEDIDORES: solían ser dos y se encargaban de medir el vino, mediante la cántara, cuando venían a cargar los camiones  o castellanos bajaban de  Soria o  de Guadalajara con sus caballerías y su buena merienda a comprarlo. Una vez que estuvo mi padre hospitalizado, coincidimos con una familia de Gómara, Soria, y al decirle el pueblo de donde éramos nos recitó el refrán: “ El pan con ojos, el queso sin ojos y el vino de Godojos”. Se lo había enseñado su padre, que bajaba a nuestro pueblo a comprar vino todos los años.
FORJADOR: En Godojos tuvimos la suerte de tener como vecino,durante un tiempo, a Pablo Remacha, auténtico artista en la forja del hierro.
En Aragón se le reconoce como uno de los artesanos más importantes del siglo pasado.Su hija Anita se caso con el locutor Paco Ortiz. Su hijo Paco Ortiz Remacha sigue como locutor.

HERRERO: Este empleo era muy importante en Godojos. En aquella época había muchas caballerías: mulas, machos, algún caballo y alguna yegua y varios burros. Había que calzarlos con herraduras. Recuerdo cómo mi tío José Luis alisaba el casco de las caballerías y después les clavaba las herraduras sacando las puntas de los clavos por el casco sin dañarlas. El herrero también aguzaba los barrones, las reja, y las orejeras de los arados o “aladros” que decíamos en Godojos. También aguzaba las diversas azadas que se empleaban en el campo. El herrero fue mi tío José Luis y una vez que estuvo enfermo le sustituyó uno de Alhama al que llamábamos herrerillo.
CARPINTERO: El tío Bernabé tuvo un tiempo una carpintería. Recuerdo que hizo las tarimas sobre las que se apoyaba el “MONUMENTO” en Semana Santa.
LUCERO: el lucero tenía que subir todas las tardes a conectar la luz al trasformador que había en el castillo y a desconectarla todas las mañanas al hacerse de día. El cargo de lucero y electricista lo tuvo siempre el tío Cesáreo. Era un hombre bueno y también buen bebedor. Cuando se enfadaba amenazaba: “Mira que te corto la corriente”…
EL MATACHÍN: Este era un trabajo temporal, duraba desde san Martín, por aquel refrán que dice: “A cada cerdo le llega su san Martín”, hasta después de san Antón. Yo conocí de matachines al tío José Cebolla, a Heraclio Monge,Tomas Valero y al tío Cipriano Borque. Todos lo hacían muy bien en esas mañanas frías de invierno, en las que se sobrevivía gracias a las copillas de cazalla y a las calorías que nos proporcionaba el almuerzo con las degolladuras del cerdo.
CABRERO: En el pueblo casi todas las familias teníamos una cabra, que nos daba leche con la que desayunábamos por la mañana. También nos daba uno o dos cabritillos al año, que criábamos en casa y que el día que los matábamos, aunque nos hacía mucho duelo y lástima, era una pequeña fiesta. Recuerdo lo buenos que nos sabían los calostros, que era la leche que se le sacaba a la cabra recién parida. Bueno, pues una persona del pueblo, casi siempre un chico joven, cuidaba a todas estas cabras. Por la mañanita tocaba un cuerno y de todas las casas salían las cabras que se agrupaban en una zona que llamábamos las “escuelas viejas”. Si alguna vez nos distraíamos las teníamos que llevar hasta allí. Al atardecer volvían al pueblo y cada cabra se dirigía a su casa sin confundirse.
PASTORES: En el pueblo había varios rebaños que cuidaban los pastores. Su vida era muy sacrificada, no tenían fiesta casi ningún día del año. Yo me recuerdo el tío Cipriano, pastor, padre de Luis, que era cofrade de san Lamberto, lo que disfrutaba ese día y lo bien que hacía bailar al pendón de la cofradía.
CARNICERO: EL TÍO Antonio y la tía Nicolasa tenían carnicería, porque tenían rebaño de ovejas. Nos vendían las chuletas para asar en la bodega y también la asadurilla para freírla en la sartén. El tío Valero también tuvo carnicería. PESCADERÍA nunca hubo en Godojos. A veces venían de Alhama o de Ateca, con una moto o con una caballería a vendernos sardinas. Eran muy apreciadas las sardinas de pico
                                             
PANADERO: Por  aquel tiempo solamente funcionaba el horno de mi abuela, pero hubo otros hornos en Godojos. Aparte de hacer el pan para venderlo, casi todas las familias llevaban los panes que habían amasado en sus artesas para cocerlo en el horno. Las mujeres hacían una señal en sus redondos panes para no confundirlos con otros. En el horno además se cocían las madalenas y los mantecados que se preparaban para las fiestas o para las bodas. Era muy típico hacer grandes tortas con aceite y azúcar para el chocolate de las bodas o para las quintas de los mozos. También se cocían para la merendilla las molletas y las “culecas” rellenas de ricos productos de la matacía. En época de racionamiento recuerdo que se cocía pan de centeno, que era más oscuro que el de trigo, le llamábamos pan negro.
TENDEROS: Dos tiendas había en Godojos, la de mi abuela y la de la tía Inocencia, eran pues las tenderas del pueblo.
LECHERO: El tío Torres compró dos vacas y vendía la leche a quien quería comprarla, si es que no tenía cabra o ésta daba poca leche.
 CRIADOS Y CRIADAS: En las casa de los ricos, como tenían mucha hacienda y generalmente pocas ganas de trabajar, solía haber uno o dos criados y una o dos criadas. Algunos eran del pueblo pero otros y otras eran forasteros o forasteras. Muchos se casarón con chicos o chicas del pueblo.
Ya veis que en Godojos había de todo. Su economía era de subsistencia, pero gracias a los cerdos, a las gallinas, a los conejos, a las cabras, al trigo que recogíamos y al vino que producían nuestras viñas vivíamos bien. Cuando necesitábamos ropa o zapatos, íbamos a Calatayud. Allí comprábamos de todo.
Saludos especiales a Vicente Cebolla Sabroso, que está en Lejona(Vizcaya) y disfruta cuando su hija le lee estos recuerdos de Godojos.Le saluda Jesús Borque y demás amigos del pueblo.

ZARAGOZA 10 DE FEBRERO DE 2015.

CARLOS ALDA GÁLVEZ




1 comentario:

  1. Un artículo muy interesante Carlos; muchas gracias por compartirlo.

    Viendo en qué ha quedado Godojos al igual que cientos de pueblos del resto de Aragón y las dos Castillas, cuesta imaginar cómo fueron años atrás antes del éxodo a las ciudades.

    ResponderEliminar