miércoles, 4 de abril de 2012

OBITUARIO-

Murió Carmencilla y quiso ser enterrada en su pueblo, GODOJOS.
Si conservamos la fe que nos trasmitieron nuestros padres, resulta conmovedor comprobar que, una vecina del pueblo, con quien hemos compartido parte de nuestra vida, haya querido realizar su último viaje al lugar donde nació, donde creció, donde rezó, donde jugó y donde seguramente pasó tantos momentos felices, para quedarse definitivamente aquí, descansando para siempre junto a sus padres: Santiago y Eduviges  y su hermano Alfredo.
Carmen ha vuelto a su hogar, aunque ahora su verdadero hogar, como escribió Unamuno en unos maravillosos versos sea el Seno del Padre:
“Méteme Padre Eterno en tu pecho,
Misterioso hogar,
Dormiré allí pues vuelvo deshecho
 Del duro bregar”.
Como todas las despedidas, esta fue triste, pero a la vez conmovedora. Todo el pueblo reunido en la iglesia donde fue bautizada, dándole el último emocionado adiós.
No hacía mucho tiempo que vi en Godojos a Carmen. Estaba sentada en su silla de ruedas, donde pasó la última etapa de su vida. Aun  viéndola así, vino a mi mente el recuerdo que yo tenía de niño de ella: Una chica menuda, dulce, alegre y vivaracha.
Carmen se casó con Tomás, un mocetón del pueblo vecino, Ibdes. Se fueron a vivir a Madrid y allí formaron una familia con cuatro hijos: dos hijas y dos hijos.
Hoy, desde estas líneas,Carmen, te doy las gracias por haber querido volver a tus raíces, por querer descansar en el CAMPOSANTO de tu pueblo y por haber mantenido la fe en otra vida mejor.
Para ti este pequeño recuerdo cariñoso. Para los tuyos nuestra expresión de dolor y cariño más sinceros. Me atrevo  a pedir, a cuantos te conocían,  una oración a la Virgen de Esperanza por tu alma y un recuerdo amable, para que tu persona nunca caiga en el olvido.
MIAMI PLAYA, 4 DE ABRIL DE 2012.
CARLOS ALDA

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