sábado, 21 de enero de 2012

CELEBRACIONES CON AMIGOS DE GODOJOS

Cualquier motivo es bueno para reunirse y pasarlo bien los amigos y familiares. En los días navideños, después de la Nochebuena, en Godojos se aprovechaba para matar uno de los cerdos que poseían las familias. Se iniciaba la función bien de mañana degustando unas pequeñísimas copas de aguardiente y calentando el agua de la caldera para pelar al cochino. Dar muerte al cerdo era todo un rito muy ruidoso y macabro. Pelarlo, colgarlo en el patio de la casa y sacarle el mondongo para limpiarlo y hacer las morcillas era obra del matachín que decíamos en Gosdojos, en otros pueblos lo llamaban matarife, las dos palabras admite el diccionario. Se almorzaba con una buena sartenada de migas y las degolladuras del sabroso marrano. Las tareas de hacer la matanza las dominaban las mujeres del pueblo a la perfección, aunque siempre había una que controlaba la proporción y mezcla de las especias para que las morcillas, bolas, longanizas y chorizos salieran en su punto. Las cenas en familia eran abundantes, enjundiosas, alegres y muy participadas. Los chicos teníamos un aliciente más, que era sobar la vejiga hasta poder hincharla y convertirla en un efímero balón.
Para recordar estos buenos momentos vividos en el pueblo hace ya muchos años, nos juntamos en mi bodega de Zaragoza Roque Martín, Salva Nieto, Carlos Galindo, Alfonso Alda, Jesús Borque, José Luis Nieto, Ángel Ramos y un servidor con motivo de degustar, hasta hartarnos, una judiada con oreja y morro de cerdo y unas buenas fuentes de escarola. El vino por supuesto que era de Godojos de las cosechas del Borque y de Roque. Las judías estaban divinas. Una pastilla de flatoril nos ayudó a hacer la digestión y a controlar las consabidas ventosidades inherentes  a dicho alimento. Cuentan las crónicas que los judíos sefardíes, cuando vivían en España, antes de que fueran expulsados por los  Reyes católicos, a esta pequeña y socorrida legumbre le llamaban cristianas. Era lógico no se iban los judíos a comer a las judías, como los cristianos no nos íbamos a comer a las cristianas.
La comida resultó suculenta y muy agradable. Salva aportó una perola de borraja, para que aquel que quisiera suavizara la legumbre con la aragonesa verdura. Después de los postres tomamos cafés copas, puros, cigarros y la emprendimos con unas partidas de guiñote. Las partidas tenían un aliciente. Los perdedores deberían aportar un euro para comprar un décimo de lotería para el sorteo del Niño. Todos aportamos algo, lo que indica que todos perdimos alguna serie, pero hubo alguno que aportó hasta cuatro euros, lo que indica que perdieron por lo menos cuatro series.
DÍA DOCE DE ENERO PRIMER CUMPLEAÑOS DE 2012
A las diez de la mañana estábamos citados en mi bodega, que como dice mi primo José Luis es terreno de Godojos. José Alda, Alfonso Cebolla, Alfonso Alda, Jesús Borque, Paco Bosque, Roque Martín, Carlos Galindo, Ángel Ramos, José Luis Nieto y un servidor nos sentamos a la mesa dispuestos a dar buena cuenta de los huevos fritos, la longaniza, la morcilla, la papada, el choricito… por supuesto regado todo con buen vino de Godojos. A fe que cumplimos sobradamente con el objetivo.
Después del café y las copas la emprendimos con el guiñote. Partida va y partida viene. Los perdedores aportaban el euro para jugar al bonoloto
La mañana pasó rápida entre partida y partida, copa y copa, anécdota y anécdota, chascarrillo y chascarrillo, siempre recordando gente y episodios de nuestro pueblo.
A las dos de la tarde abandonaron la bodega José Alda y Alfonso Cebolla. Los demás nos quedamos para comer unos sabrosos garbanzos negros, preparados por mi mujer, que sabían a gloria. Los garbanzos con congrio que prepara Esther en Godojos están buenísimos, pero estos preparados con sepia y calamares no les tienen envidia. Todos terminamos contentos y para hacer la digestión bebimos unas hierbas digestivas  mientras volvíamos a jugar al guiñote.
Salimos ya tarde de la bodega y aún nos paramos en el bar Amazonas para echar el arranque. La jornada fue completa y, a pesar de haber comido tanto, a nadie nos sentaron mal ni la comida ni la bebida.
ZARAGOZA 17 DE ENERO DE 2012, FIESTA DE SAN ANTONIO ABAD, SAN ANTÓN. DÍA EN QUE EN GODOJOS SE COMÍA EL MORCILLÓN   
CARLOS ALDA



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