jueves, 27 de octubre de 2011

FIESTAS CON GAITEROS



Ya hemos hablado de dos fiestas con gaiteros: san Lamberto y  san Lorenzo. Las otras dos fiestas con gaiteros se celebraban en el mes de septiembre, después de haber recogido las cosechas. Septiembre era en Godojos un mes tranquilo. En el campo había uva abundante, las higueras nos ofrecían sus higos, los almendros sus almendras, los nogales sus nueces y el trabajo era muy llevadero, roto solamente una semana por la siega y venta del espliego para hacer esencia de lavanda.



LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN.

Era la tercera fiesta con gaiteros. La fiesta duraba dos días, había una cofradía y los cofrades honraban a  su patrona con los ritos de siempre: Rosario de la Aurora, misa solemne cantada, y procesión con la imagen de María por las calles del pueblo. Por la mañana después del Rosario de la Aurora se disfrutaba de las consabidas copas de anís o aguardiente que se enjugaban con ricas rosquillas y mantecados.

 Después de misa, y acompañados por los gaiteros, los cofrades con sus varas se dirigían  a casa del Hermano Mayor de ese año para tomar el vermut. Los mejores vinos viejos y rancios se sacaban para la ocasión. Entonces, estos vinos especiales no faltaban en ninguna casa.

 Los gaiteros, que habían dado la vuelta al pueblo tocando la Diana Floreada, acompañaban con su música todos los movimientos de los cofrades. Además antes de comer amenizaban el primer baile de medio día, así como el baile de la tarde y de la noche.

En esta misma fecha, ocho de septiembre, se celebraba la Feria de Calatayud. Muchos godojeños viajaban  a la antigua ciudad de Bílbilis para comprar caballerías, aperos, congrio seco y resalado, una ristra de ajos y, si llegaba el dinero, para asistir a una corrida de toros. Recuerdo el año que toreó Chamaco que, la pandilla nuestra, con nuestros padres, estuvimos segando espliego para poder ir a verlo torear.



FIESTA DE LA SANTA CRUZ

Se celebraba el catorce de septiembre. Era una fiesta simpática, que de alguna manera preparaba para la vendimia. La cofradía de la Cruz era la mayor del pueblo. Prácticamente todos los adultos pertenecían a ella. Su obligación era asistir a los entierros de los cofrades difuntos y celebrar la fiesta el día de la santa Cruz. Después de la misa de difuntos y del entierro se pasaba lista. Los cofrades que no habían asistido tenían que pagar una pequeña sanción económica. Los chicos esperábamos que llegase la lista a la familia del tío Agustín Tomás. El apellido de sus hijos era Tomás, Tomás y encima uno de ellos se llamaba Tomás, con lo que el que leía la lista decía Tomás, Tomás, Tomás. Esto nos hacía mucha gracia y siempre nos echábamos a reír.

En Cariñena, desde hace algunos años, el día de la Cruz, la fuente, en vez de echar  agua echa vino. En Godojos, desde tiempos inmemoriales, el día de la Cruz, no manaba vino la fuente, hubiera sido demasiado, pero sí había vino gratis en la plaza para todo aquel que quisiera beber.

Los chicos comprábamos cacahuetes y sardinas arenques y nos acercábamos para que nos diesen un vasillo de vino.

Los mayores llenaban sus jarras, botas o porrones y disfrutaban del buen tiento en su merienda. Si hacía bueno se sacaban mesas y comida a la puerta en las casas de la plaza. Recuerdo como el tío Ramón, el abuelo de Miguel Ángel, sacaba la mesa plegable de doce patas y saboreaba una rica caracolada, aderezada con jamón, chorizo, tomate y picantes guindillas para que entrase mejor el vino. Con el porrón en la mano hacía la rana si alguno de los chicos se lo pedíamos.

Por supuesto que las funciones religiosas y el baile con gaiteros se celebraban como en las otras fiestas.

Dado el machismo de la época, solamente había cofrades, las chicas y señoras no formaban parte de las cofradías. No estaría mal que revitalizásemos alguna de estas cofradías y por supuesto que fuesen mixtas o incluso que las mujeres, que son más activas que los hombres, formasen su propia cofradía.

Alguien sugirió que  la fiesta de san Lorenzo podíamos celebrarla, puesto que estamos de vacaciones,  con una gran parrillada popular, en memoria del santo, que fue asado en las parrillas. Es una idea estupenda para tenerla en cuenta.

Si reviviéramos alguna de estas fiestas, el pueblo tendría más vida y seguro que los que estamos fuera volveríamos para participar en esos actos.

CARLOS ALDA

Zaragoza 26 de octubre de 2011  

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