El mes de febrero es un mes corto
pero frío y algo traicionero. Muchos años, unos días de buen tiempo llenan de
flores los almendros, pero una helada nocturna o matinal las queman totalmente
y nos dejan sin almendras ese año. Recuerdo las mañanas de febrero en el pueblo
y veo el cerro de las bodegas y de santa Ana cubierto de blanca y fría
escarcha, que en las zonas más sombrías permanecía sin irse durante varias
jornadas.
El refranero se preocupa de los
cambios de este mes: “Febrerillo el corto, un día peor que otro”. “En febrero
busca la sombra el perro”. “Por san Blas
la cigüeña verás, y si no la vieres año de nieves” También hacen referencia los
refranes al calendario: “Por san Blas una hora y más”. Es lo que van creciendo
los días. “Para san Matías pega el sol en las sombrías, se igualan las noches
con los días y cantan las gollorías”. Todos sabemos que las noches se igualan
con los días cuando llega la primavera el 21 de marzo, pero como la fiesta de
san Matías se celebraba el día 24 de febrero ya nos vamos acercando a esa
igualdad. Creo que es una cuestión de rima dentro del pareado.
Febrero era un mes que tenía
cierto aliciente para los chicos de Godojos. Iniciábamos el mes con la fiesta
de la “CANDELARIA”. Los maestros nos subían a la iglesia, y allí durante la
misa nos repartían unos cabos de vela que encendíamos como pequeñas candelas
para celebrar el día de la Purificación de la Virgen María y la Presentación de
Jesús en el Templo. Escuchábamos con respeto el relato evangélico donde se
repetían las profecías del Anciano Simeón y de la Profetisa Ana. Los cabos de
vela los llevábamos a casa.
SAN BLAS.
Patrono de la garganta. Era un
médico que fue martirizado en las persecuciones romanas. Para honrarlo los
chicos de Godojos cantábamos estupendas canciones en presencia de todos.
Era un día grande en Godojos. No
había escuela. Los chicos matábamos un gallo en medio de la plaza después de
haberle cantado una canción cada uno. Pobre gallo colgado de las patas en el
centro de una soga, que iba desde el balcón del Ayuntamiento al de la casa de
mi abuela. Todo el pueblo se reunía para escuchar las canciones y las andanzas
del gallo, que como un alcahuete se metía por todas las casa y conocía todo lo
que en ellas pasaba. En boca de los chicos salían todos los chismes y dimes y
diretes del pueblo. Había gente que no quedaba muy bien parada, pero todos
admitían las revelaciones con humor. Por la tarde nos comíamos el gallo, que
previamente había guisado alguna madre para todos los chicos. Invitábamos
también al maestro. Ahora lo pienso, y aunque elegíamos un gallo gordo, creo
que era poco gallo para tanto chico. Claro que en el recorrido pidiendo por las
casa nos habían dado, además de dinero viandas muy sabrosas para compartir con el
pobre gallo.
Menos mal que, como ya no quedan
chicos en Godojos esta fiesta ya no se celebra, porque de ser así los
ecologistas y protectores de animales descolgarían el gallo de la soga y nos lo quitarían.
SANTA ÁGUEDA
El día cinco de febrero es la
festividad de santa Águeda. Joven mártir a la que le cortaron los pechos. En
Godojos no se conmemoraba de una manera especial, pero ahora, varias mujeres
del pueblo celebran la fiesta en Zaragoza. Oyen misa devotamente en la iglesia
del Portillo, donde se encuentra la SANTA, le rezan para que les proteja sus
pechos y los de sus hijas y disfrutan de un día de fiesta, ya que en este día
la mujer es la protagonista.
LAS MERENDILLAS
También en febrero se celebraban
la merendillas, el jueves y el sábado. ¡Qué alegría para los chicos esos días!
Soñábamos con ellos y las dos horas que íbamos a la escuela por la mañana
estábamos bien nerviosos. Cuando los maestros nos daban suelta subíamos a casa
toda marcha a coger el talego con la molleta, repleta de cosas buenas, y los
sabrosos buñuelos endulzados con pastosa y dulcísima miel o azúcar. En grupo
nos íbamos a san Jorge donde con buen apetito dábamos buena cuenta del
contenido del talego.
Hoy día los mayores mantenemos
esa costumbre, y el sábado nos juntamos en la cueva de san Jorge con nuestra
molleta y con nuestros ricos buñuelos. Es una fiesta estupenda donde todos
compartimos viandas y dulces y tomamos el sol de febrero resguardados del
viento, divisando un bello paisaje a nuestros pies y allá a lo lejos el pueblo
con su iglesia, la ermita de santa Ana y el castillo.
Este año se celebra la merendilla
el sábado día 14, fiesta de san Valentín. Yo animo a todos los amantes de
Godojos a que vengan al pueblo a participar de esta entrañable costumbre, por
descontado que se lo pasarán estupendamente.
ZARAGOZA, 5 DE ENERO DE 2015.
CARLOS ALDA GÁLVEZ
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