En el camino del pueblo a la fuente de “Santana”, al borde
mismo del barranco Valdaroque, se encuentra, el que fue, un hermoso Peirón
dedicado a la Virgen del Pilar.
El Peirón tiene una altura de cuatro metros y una anchura en
la base de 80 X 70 cm. La planta está formada por unas piedras sillares, muy
bien colocadas, aunque ahora casi permanecen enterradas. Además de la base
tiene tres cuerpos. En el segundo de ellos se encuentra la hornacina con la
imagen de la Virgen de Pilar. Remata el Peirón una cruz de hierro, que a su vez soporta una
veleta.
Recuerdo cuando éramos niños las veces y veces que pasábamos
junto al Peirón. Siempre dedicábamos un recuerdo, un saludo o una jaculatoria a
la Virgen del Pilar. Muchas veces nos sentábamos en las piedras de su base
antes de emprender la subida hacia la fuente de “Santana”. No recuerdo un solo
año que dejásemos de rezar junto a este Peirón el día 12 de octubre. Para
nosotros era importante visitar a la Virgen en su Peirón en pleno campo y
añorar las fiestas que se celebraban en Zaragoza.
Hoy día el Peirón está muy dañado y muy abandonado. Gracias
a su firme estructura de ladrillo se mantiene en pie. Creo que ya no está la
primitiva imagen del la Virgen del Pilar, porque, hace años, su propietaria
tuvo la osadía de subirse a una escalera y coger la imagen diciendo que era de
su papá. Menos mal, que otros godojeños y godojeñas supieron remediar tan torpe
decisión y colocaron una nueva imagen.
La palabra “Peirón” es una palabra aragonesa. Es una palabra
sonora, recia, firme, segura, redonda, como todo lo bueno de Aragón. No está en
el diccionario de la Real Academia Española, pero no importa. Nosotros la
mantenemos como un tesoro. El ordenador me la admite sin ningún reparo ni
subrayado. Mantengámosla pues nosotros con orgullo y hagamos algo por mantener
también en pie y dignamente el Peirón del Pilar donde nosotros y nuestros
padres y abuelos rezamos a la Pilarica
en tantas ocasiones.
ZARAGOZA, 12 DE OCTUBRE DE 2012.
CARLOS ALDA
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