lunes, 26 de enero de 2015

San Ildefonso 2015


El grupo “ALMUERZO GODOJEÑOS” nos reunimos el 23 de enero en la bodega de casa para celebrar el tercer almuerzo de este mes de enero y el quinto del curso 2014-2015. Al primer almuerzo nos invitó Paco Bosque, el marido de Dolores Cebolla que ya lleva varios años participando de estos eventos. Roque Martín, marido de mi prima Marisa Nieto, fue el protagonista del segundo almuerzo en el bar “La VILLA DE PLENAS”, ya que hemos cambiado de lugar, porque mi primo, José Ignacio Alda, traspasó a los chinos su bar restaurante de la plaza Emperador Carlos I.

Al primer almuerzo del año en curso nos invitó Jesús Borque, de sobras conocido por todos, casado con mi prima Conchita Alda. Ángel Ramos, marido de mi hermana Maricarmen Alda, fue quien pagó el segundo almuerzo del mes de enero. El tercer encuentro lo hicimos en mi casa, según costumbre. Elegí la fecha del 23 de enero, festividad de san Ildefonso, porque era el santo y cumpleaños de mi padre, Ildefonso Alda. Ese día hubiera cumplido 104 años, veinte más que mi tío José, el único hermano vivo, al que le llevaba 20 años justos. Desde el cielo disfrutaría viéndonos a los del pueblo celebrar su cumpleaños juntos ante una buena mesa y con un buen vino.

A los almuerzos, regularmente, asistimos Paco Bosque, Roque Martín, Jesús Borque, Ángel Ramos, José Alda, el más veterano de todos, Juan de Cetina, cuñado de Jesús Borque, un servidor, Carlos Alda y recientemente se nos ha apuntado Máximo Nieto Alda, que vive a hora en las Delicias en Zaragoza. A veces asiste, si está de vacaciones, José Luis Nieto Alda. Al último almuerzo Máximo trajo a su consuegro, Jesús, natural de Alhama de Aragón. Al que invitamos a unirse a nuestro grupo. Los dos están muy felices porque recientemente han sido abuelos de una nieta preciosa.

El menú de los almuerzos es siempre el mismo: un surtido de chorizo, longaniza y morcilla puestos en la mesa para compartir y dos huevos fritos por barba con jamón y patatas fritas. Saboreamos un buen vino de la tierra y después nos tomamos nuestro café, cortado, carajillo, copa de coñac o chupito de orujo. Ya bien comidos y bien bebidos disputamos nuestras partidas de guiñote con entusiasmo, alegría y acalorados comentarios o discusiones.

El día de san Ildefonso, además del almuerzo, a eso de las tres de la tarde celebramos una comida de hermandad. Se fueron mi tío José y Jesús de Alhama, pero se incorporaron José Luis Nieto y Salva Nieto que venían de trabajar con muy buen apetito. En el primer plato compartimos unas judías blancas con morro y oreja que estaban buenísimas. Para segundo plato degustamos deliciosos codillos guisados a las finas hierbas. De postre piña, para desengrasar y en el café endulzamos la vida con mazapanes “Conchita” de la casa “Peces” que todavía quedaban de las últimas navidades. El vino, abundante, consistente, con un buqué   agradable al paladar era de la cosecha de Jesús Borque.

Después de muchos guiñotes, salíamos de la bodega a las siete y media de la tarde,  felices por haber pasado una velada tan agradable.

ZARAGOZA 26 DE ENERO DE 2015.

CARLOS ALDA






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