Hace unos días Miguel Ángel
Bernal y un servidor estuvimos visitando una magnífica exposición de pintura de
un gran pintor y escultor que nació en Godojos.
Este artista, aunque a él no le
gusta que le llamen así, es JESÚS MONGE, hijo de Heraclio (godojeño) y de Rosa
de Ibdes. Nació en Godojos aunque aprendió a andar ya en Zaragoza. Montó su
exposición en un local de la calle Isaac Peral nº 1.
Personalmente me quedé
sorprendido de la obra que presentaba, creo que Miguel Ángel, más entendido que
yo, también. Dice el díptico propagandístico que él mismo fabrica sus colores.
Es un pintor realista. Maneja
maravillosamente el dibujo. Su Adán y Eva, que quieren ser una réplica de los
que en el renacimiento pintó Durero, te cautivan nada más verlos. Esos cuerpos
casi perfectos de un hombre y una mujer de color responden perfectamente al
canon clásico de perfección.
Pinta paisajes marinos con una
dedicación y uno detalles inigualables. Tampoco se le resisten los paisajes de
montañas, como el del valle de Covadonga. Las vistas que nos presenta de la
ciudad con sus luces nocturnas o sus casas, iglesias, calles y torres semiborradas por una niebla
perfectamente conseguida, te sobrecogen. Sus dotes de perfecto artesano los
muestra en el intrincado montaje de “Saica estación” donde se disponen
maravillosamente los cables lo raíles del tren
los vagones, los almacenes y las casas del fondo difuminadas por el humo
y una persistente neblina.
A mi juicio no es un pintor
cualquiera. Creo que es un pintor con mucho oficio y con una indudable chispa
de creador. No dudo que pasará a la historia de la mejor pintura y que sus
cuadros los veremos expuestos en los mejores museos y en colecciones
particulares de reconocido prestigio.
Enhorabuena amigo Jesús, sigue
derrochando creatividad y oficio en tu maravillosa obra.
Zaragoza 26 de enero de
2015-01-26