Merece la pena pertenecer a la Asociación de Mujeres Rurales
de Godojos porque realizan unos viajes socio-culturales maravillosos. Este
otoño han visitado La Rioja, comunidad cargada de historia y de buen vino, a la
par que famoso en todo el mundo.
Veintidós aguerridas mujeres, procedentes de varios lugares,
salían muy de madrugada, casi antes de cantar los gallos, rumbo a La Rioja.
Muchas de ellas habían dormido en Godojos la noche del viernes al sábado para tomar
el autobús en la plaza del pueblo. Después de un largo y soñoliento recorrido
llegaron a San Millán de la Cogolla para visitar los monasterios de Yuso y
Suso.
Los monasterios de San Millán de la Cogolla son Patrimonio de
la Humanidad. Gonzalo de Berceo, monje del monasterio de San Millán, loss hizo
famoso en la Edad Media. Gonzalo de Berceo era poeta y, mandado por sus monjes,
escribió en verso la vida del eremita San Millán, que muchos siglos antes pasó
su larga vida en el monasterio de Suso. La pequeña obra tuvo mucho éxito,
gracias a que los juglares la recitaban de pueblo en pueblo y muchos buenos
cristianos y cristianas peregrinaban a San Millán, con lo que el monasterio se
enriqueció y se llenó de innumerables monjes. Estos buenos resultados hicieron
que los monjes del Monasterio de Silos le encargaran a Berceo escribir la vida
de Santo Domingo de Silos. Berceo la escribió y como santo Domingo era un santo
más milagrero, los resultados fueron aún mejores. Gonzalo de Berceo amaba a su
tierra, a su gente y a su vino, por eso escribió estos versos: “Quiero fer una
prosa en román paladino/ En cual suele el pueblo hablar con su vecino/ Ca no
soy tan letrado por fer otro latino/ Bien valdrá como creo un vaso de bon
vino”.
Se considera a San Millán de la Cogolla la cuna del
castellano, porque ahí se encuentran las primeras palabras en lengua
castellana, ya que los copistas, junto a las transcripciones de libros escritos
en Latín, escribían las palabras en castellano, porque la gente así las decía. Nuestras
viajeras disfrutaron viendo los dos monasterios muy bien explicados por la guía
turística que les acompañó durante todo el viaje. El reportaje gráfico, que
Soledad Monge iba mandando, daba prueba de todo lo que estaban viendo. A mi me
emocionó ver las tumbas de los Siete Infantes de Lara, que están en el
monasterio de Suso.
La siguiente visita fue santo Domingo de la Calzada. Dentro
del Camino de Santiago, Santo Domingo de la Calzada es un hito muy importante.
Sin duda fue un lugar fundamental para los peregrinos. Su fama posterior le
vino del famoso milagro de de su gallina. De ahí el dicho: “Santo Domingo de la
calzada, que cantó la gallina después de asada”. En su catedral está el
gallinero con el gallo y la gallina como recuerdo de tan singular prodigio.
La comida en Logroño para reponer fuerzas.
Por la tarde visita a lo segundo más típico de La Rioja: sus
famosas bodegas. Visitaron las bodegas y museo de Dominio Vivanco en Briones.
Ellas, que son de tierra de vino, visitando el museo, admiraron y recordaron
las formas tradicionales de hacer vino. Sin embargo, después de probar algún
vinillo de la tierra, llegaron a la conclusión de que el vino de Godojos es
mejor, más natural y ecológico que el de La Rioja. La visita a la bodega de
Marqués de Riscal en El Ciego les sorprendió gratamente. Admiraron no solamente
la arquitectura proyectada por el autor del museo Guggenheim en Bilbao, sino
también el maravilloso hotel y todas sus prestaciones de auténtico lujo. Alguna
tomó la decisión, a pesar de su alto coste, de pasar un fin de semana en sus
instalaciones y disfrutar de sus cuidados y de su selecta gastronomía.
Cansadas y agotadas volvieron a Logroño y fueron al Hotel,
muy confortable, y que estaba situado en el centro de la ciudad. A pesar del
cansancio salieron a dar un paseo y a disfrutar de la variada oferta de tapas
que se encontraron en la calle del Laurel. Maravillosa calle, pero tan llena de
gente que no se podía andar y tampoco saborear de forma relajada todo lo que ofrecían sus bares y restaurantes.
Las habitaciones compartidas del hotel fueron testigo de que
estaban cansadas y de que durmieron a pierna suelta.
La mañana del domingo la iniciaron con la visita a La Guardia, en La Rioja Alavesa. Este pueblo
fortaleza, además de su tipismo ofrece una portada maravillosa en la Iglesia de
Santa María y un museo artesano al aire libre en el parque de al lado.
De vuelta a Logroño visitaron lo más típico de la ciudad: el
paseo del Espolón, algún palacio y la catedral, solamente por fuera. Comieron
opíparamente y se prepararon para regresar.
Parte de las viajeras bajaron en La Almunia, donde los maridos las
esperábamos con ganas de abrazarlas y ver que volvían muy contentas y
dispuestas a repetir el próximo viaje que se programe.
La evaluación del viaje por parte de todas fue enormemente
positiva. Tenemos que felicitar a Soledad Monge y a su equipo por lo bien que
lo programaron y realizaron. Ahora a diseñar el siguiente y a disfrutar del
puente de Todos Los Santos.
CARLOS ALDA
ZARAGOZA, 26 DE OCTUBRE DE 2016
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