El día once de julio
falleció Manuel Gálvez a los NOVENTA Y DOS AÑOS. Manuel nació y vivió
durante muchos años en Godojos. Era hijo de mi tío Emilio y de mi tía Asunción.
Tenía un hermano que se llamaba José, fallecido dos años antes, y estuvo casado
con Isabel, que se le adelantó en pasar a la otra vida siete meses. Manuel tuvo
cinco hijos: cuatro hembras y un varón, conocidos por todos en Godojos, aunque
llevan muchos años viviendo en Calatayud o Zaragoza.
Manuel fue siempre una persona sencilla, un tanto tímido,
pero con un corazón muy grande. Siendo yo niño subía muchas veces a casa de mis
tíos y primos que vivían debajo del castillo. Era una casa amplia y hermosa. En
ella residían los cuatro. Me encantaba ver los recuerdos de mi tío, las
medallas ganadas corriendo cuando era joven, el guitarrillo y su traje de
baturro. Manuel y José siempre fueron
amables y cariñosos conmigo. Los dos eran muy trabajadores. Tenían una gran
capacidad para realizar toda clase de trabajos. Primero sudaron bien la camisa
trabajando en el campo, pero después supieron ganarse la vida con unos cargos
de responsabilidad dentro de la CHE. Manuel
se estableció en Calatayud donde se educaron sus cuatro hijas y su hijo. Con su
moto recorría las carreteras de la comarca como encargado de vigilar las obras
que se realizaban. Todo el mundo quería a Manuel porque era prudente y
generoso, y nunca negaba su ayuda a quien se la solicitase.
A pesar de que Isabel, su Mujer, estaba muy perjudicada por
su enfermedad, él siempre estuvo a su lado. Clarita me dice que sin decirse nada se cogían de la mano y
así estaban horas enteras. Cuando murió su compañera de toda la vida Manuel
perdió un poco el rumbo y su obsesión era volver a Godojos. El quiso emprender
el viaje a su pueblo andando, porque decía que se conocía muy bien las
carreteras y caminos que le conducían hasta allí, ya que los había transitado
miles de veces. Sí, es verdad que de mayores volvemos a los recuerdos y
vivencias de la infancia y juventud. A pesar de las privaciones y penurias
pasadas, tuvimos que ser felices de niños, cuando en la última etapa de nuestra
vida queremos regresar allí donde vivimos
nuestra infancia.
Manuel murió lleno de años y estupendamente cuidado por sus
hijas. El entierro ha sido emotivo en la gran iglesia barroca del Sepulcro de
Calatayud. Allí estábamos acompañándolo todos los que le queríamos. Descansa en
el cementerio junto a su esposa, pues tuvo la precaución de comprar, como él
decía, dos pequeños apartamentos para sus últimas moradas.
Querido primo Manuel hemos rezado por ti, para que Dios
nuestro padre, que es infinitamente misericordioso, te tenga en la gloria junto
a tus padres, tu hermano y tu querida mujer. Un abrazo fuerte. ¡HASTA SIEMPRE!
CARLOS ALDA GÁLVEZ. ZARAGOZA 12 DE JULIO DE 2016.
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