Hace unos pocos años, un grupo de
mujeres valientes decidió formar una asociación rural en el pueblo de Godojos,
provincia de Zaragoza. Hoy esa ASOCIACIÓN, formada por mujeres de todas las
edades, es una realidad eficaz y llena de vida.
En un pueblo como Godojos, que ha
sufrido los efectos de la despoblación y la liquidación casi total de su
ancestral y autóctona forma de vida, basada sobre todo en la agricultura,
especialmente en el cultivo de la vid, de la que sacaban maravillosos caldos,
era necesario que alguien removiese las conciencias adormecidas y la vida
tranquila y monótona de sus habitantes y les hiciese recordar sus raíces, sus
costumbres y su razón de ser. Esto lo está
consiguiendo este grupo de mujeres que, desde su asociación, han
dinamizado diferentes proyectos y han creado una ilusión colectiva que antes no
existía.
Las diversas responsables que,
sucesivamente han capitaneado el grupo, han sabido moverse por el no siempre
fácil mundo de las Autonomías, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos para conseguir las subvenciones, que en
justicia les correspondían, para realizar actividades y obras dentro de la
Asociación y de su pueblo.
Participan con otras asociaciones
de mujeres rurales, de los diferentes pueblos de la comarca, en encuentros
anuales, muy beneficiosos, porque además de la convivencia que realizan,
intercambian puntos de vista, ideas y realizaciones que todas ellas llevan a cabo en sus
respectivos pueblos.
Todos los años preparan una excursión
a variados puntos de España, donde, además de la convivencia, disfrutan
visitando monumentos artísticos o lugares emblemáticos ampliando así su cultura
y sus conocimientos sobre nuestro país. Iniciaron sus viajes visitando la
ciudad de Toledo con su catedral, sus iglesias, su Alcázar y sus numerosos
museos. También realizaron sendas excursiones a San Sebastián, Segovia,
Valencia y Pamplona. Este año han visitado Teruel y la preciosa ciudad de
Albarracín. El eslogan de “Teruel Existe” lo han hecho propio también ellas,
reivindicando su existencia y la importancia de su asociación.
En Teruel, acompañadas en todo
momento por una competente guía, visitaron su riquísimo patrimonio MUDEJAR. La
torre, techumbre y cimborrio de la catedral de Santa María. Las otras tres
torres mudéjares: Torres de san Martín, San Pedro y El Salvador, admiraron su belleza y se empaparon de su rica historia y de sus curiosas
leyendas. Más cosas hay en Teruel que no
dejaron de visitar: Monumento a los Amantes, Diego Mansilla e Isabel de Segura.
Plaza del Torico, que probablemente da origen al nombre de Teruel. Su poética leyenda, con su ángel y su estrella.
También visitaron la medieval
judería y el ACUEDUCTO, obra realizada en el Renacimiento, el mayor de España
en aquellos tiempos. En su recorrido con el tren turístico visualizaron de nuevo todas estas maravillas
y llegaron hasta el mirador de Mansueto desde donde se contempla una panorámica
inmejorable de la ciudad.
Por la noche cena, baile y
descanso en el hotel que las acogió.
A la mañana siguiente, viajaron a
Albarracín, maravillosa ciudad medieval, capital del reino de Taifa que llevaba
su mismo nombre. Hay mucho que ver y andar en Albarracín. No pudieron visitar
su catedral porque está en restauración, pero sí que vieron la fachada barroca
del Palacio Arzobispal, el castillo restaurado, su muralla perfectamente
conservada con sus torres del Andador y de doña Blanca. También visitaron la
casa Julianeta, típica de la ciudad.
Después de saborear ricos
manjares en el almuerzo de mediodía
reiniciaron la vuelta a casa, satisfechas de su convivencia y de lo que habían
visto, vivido y disfrutado.
CARLOS ALDA.
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