Otro año más y otra cita con la Patrona
de Godojos, la Virgen de Esperanza. A pesar de ser ya casi en invierno, es una
fiesta muy querida por la gente de nuestro pueblo. Queda todavía un rescoldo de
fe y de cariño hacia nuestra Virgen, así como después de la hoguera de la
víspera, queda mucha brasa que perdura largas horas.
El pueblo estaba animadísimo.
Mucha gente. Algunos vienen de lejos y año tras año disfrutan de la fiesta de
la Esperanza y de la buena compañía de sus amigos del pueblo.
La HOGUERA nocturna
es un acontecimiento cada vez más esperado y celebrado. La leña se quema
y el chisporroteo se eleva a lo alto como queriendo homenajear a todos los que
desde hace muchas décadas encendieron esa misma hoguera. Cuando yo era niño
hacíamos dos grandes hogueras en Godojos. La primera se encendía el día trece
de diciembre, festividad de santa Lucía. Los chicos íbamos de casa en casa
pidiendo leña. Cuando la hoguera se había consumido asábamos patatas. El día
diecisiete, víspera de la Virgen de Esperanza, los mozos encendían una hoguera
menor junto a la puerta de la ermita. Ahora la hoguera se hace en la bajada a
la fuente y no solamente se asan patatas, que por supuesto no son de
despreciar, se asan chorizos, morcillas, papada, chuletas… y se comen en buena
armonía. Este año se ha encendido una hoguera espectacular, y los más valientes
han disfrutado de su calor y de la alegría del buen vino y de la buena armonía
hasta altas horas de la madrugada.
El día que celebrábamos la fiesta
de la Virgen amaneció un día espléndido. El cielo vestía su añil de gala y el
sol lucía con unos rayos poderosos. A las doce se celebró la santa misa en la
ermita. El sacerdote alabó lo bien que cantaban las devotas y devotos de la
Virgen. El altar estaba adornado como siempre se hace en las grandes
solemnidades. Yo eché de menos que no sacásemos a la Virgen a pasear por el
pueblo. Pienso que a ella le gusta y a
nosotros también nos gusta llevarla a hombros.
La buena armonía de todos los que
asistimos a la fiesta se demostró en el ágape que nuestro alcalde nos preparó
en el pabellón. Todo muy rico y muy abundante. Había comida para “todos los
frailes de Veruela”, según el dicho. Pero el mayor acierto fue sorprendernos
con un plato de garbanzo con bacalao y de judías con oreja. ¡Qué bien cocinados
estaban! ¡Qué suerte tenemos con contar con un auténtico profesional en el bar
del pueblo!, después de este año y medio lamentable que hemos pasado. Tengo que
felicitar a los artífices de esta fiesta, a los que han trabajado, y a los que
han aportado estas buenas ideas. Pienso que alguna mujer tiene mucho que ver en
ello.
Por la tarde, el bar estaba a
rebosar. Guiñotes, rabinos, cervezas, chupitos, copas… buen ambiente y mucha
alegría. Daba pena marcharse sin terminar del todo la fiesta.
Ya solamente me falta felicitar
la NAVIDAD a todos los que asististeis y también a los que seguramente se
quedaron en casa con gran dolor de corazón.
FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS
GODOJEÑOS Y SIMPATIZANTES. QUE EL AÑO 2015 COLME VUESTROS DESEOS Y OS HAGA MUY
FELICES.
CARLOS ALDA. Zaragoza 22 de diciembre de 2014